El fascismo actual, que vemos expresado en diversas partes del planeta, corresponde a un diseño político que viene siendo  impulsado desde hace años  por las élites burguesas y corporativas  que controlan al mundo, con la intención de formatear al ya agotado imperialismo, en esta nueva fase de acumulación capitalista de acuerdo a sus ambiciones que le caraterizan.  

La CIA en conjunto con el Mossad sionista, directamente desde sus laboratorios de guerra híbrida moldeó y construyó las bases de este fenómeno que hoy vemos en desarrollo. Con antecedentes históricos como el golpe de Estado en Ucrania de 2014, en una operación de “revolución de colores” conocida como Euromaidán, apoyada con grupos neonazis, entre ellos el  Batallon Azov , el ascenso de los nazis de  Amanecer Dorado en Grecia. O el surgimiento de sus bandas terroristas-mercenarias como Al Qaeda o ISIS para desestabilizar Oriente Medio e invadir Siria, agregado a la intervención en Libia.

Este germen se multiplicó  a partir de la pandemia, aderezado con un discurso de odio sustentado en la manipulación de la emocionalidad. Y esa expansión corresponde a la estrategia de Steve Bannon, asesor del magnate Donald Trump y uno de los constructores de la red de supremacistas alrededor del orbe.

El uso de las redes sociales electrónicas para amplificar la guerra cognitiva del Pentágono y la OTAN no hizo más que replicar esta narrativa fascista. Con sus títeres ejemplificados en Netanyahu, Bolsonaro, Meloni, Milei y sus cómplices españoles de VOX,  construyendolos desde su decadente lugar de borderlines al margen del sistema político hasta encumbrarlos como dirigentes de la nueva internacional nazifascista

Hoy vemos al imperialismo, que  intenta desesperadamente blanquear  la III Guerra Mundial que hasta este momento  desarrollaba por sus aliados proxis. Como pueblos tenemos que combatir por todos los medios disponibles al fascismo, que tiene como manifestación más latente y genocida en el sionismo,  allí donde se encuentre. El futuro de la  humanidad va en ello y son los pueblos que reciben el llamado para confrontarlos, en una victoria que se hace necesaria para nuestra supervivencia.

EN ESTA NOTA:

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