G-20: Saludos a la bandera
A fin de evitar que muchas manos pongan morado el caldo de la hegemonĆa, se reservan la administraciĆ³n de todo el planeta clubes de los paĆses mĆ”s ricos, como elĀ Ā G-7 o el G-20. Foto: EFE
Por: Luis Britto GarcĆa
27 de noviembre de 2024 Hora: 09:52
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Se supone que todos los seres humanos son iguales en derechos: todos los paĆses tambiĆ©n deberĆan serlo. Pero algunos se consideran mĆ”s iguales que otros, y rehĆŗyen el voto democrĆ”tico de las grandes organizaciones internacionales, como el de los 191 paĆses que en la ONU condenan el bloqueo a Cuba o el de los 15 miembros del Consejo de Seguridad que exigen el alto al fuego en Gaza.
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A fin de evitar que muchas manos pongan morado el caldo de la hegemonĆa, se reservan la administraciĆ³n de todo el planeta clubes de los paĆses mĆ”s ricos, como el G-7 o el G-20. Los miembros originarios de este Ćŗltimo fueron elegidos arbitrariamente por un comitĆ© de funcionarios, y se oponen enĆ©rgicamente a la inclusiĆ³n de nuevos integrantes. Para equilibrar estas camarillas exclusivas y excluyentes, el mundo multipolar crea el BRICS+, pero cada uno de sus fundadores puede a su vez ejercer el veto unilateral contra posibles nuevos miembros. Como reza la Ley de Hierro de las oligarquĆas de Robert Michels, el poder tiende a concentrarse en un nĆŗmero cada vez menor de manos.
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AfirmĆ³ Groucho Marx que no le interesaba ingresar a un club que lo aceptara como miembro. Basta hojear los integrantes del G-20 para calificarlo. Alemania, CanadĆ”, Estados Unidos, Francia, Italia, JapĆ³n, y el Reino Unido son ademĆ”s miembros del G-7, el excluyente bloque de los que fueran paĆses mĆ”s ricos. SĆ³lo cinco afiliados (Arabia Saudita, Argentina, Brasil, MĆ©xico e Indonesia) estĆ”n en vĆas de desarrollo, pero poseen inmensos recursos naturales. Apenas dos (China y la FederaciĆ³n Rusa) se desarrollaron revolucionariamente en pugna con el capitalismo. Cinco (Brasil, China, Rusia, India y SurĆ”frica) son tambiĆ©n promotores de la alianza competidora del BRICS+, lo cual supone una incĆ³moda doble personalidad o contradicciĆ³n de intereses, que se intensificarĆ” progresivamente.
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Las entidades polĆticas integradas en este cenĆ”culo de Presidentes representan un 56 % de la poblaciĆ³n mundial, ocupan el 60% del territorio del planeta, producen 85 % del PBI global y el 75% del comercio internacional. La distribuciĆ³n no es uniforme: la mayor parte del PIB es apropiada por los minoritarios paĆses que tambiĆ©n son miembros del G7; la mayorĆa de la poblaciĆ³n corresponde al depauperado Sur Global. Esa contradicciĆ³n es el centro del G-20, o mĆ”s bien la del planeta.
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La presidencia de este club de Presidentes es rotativa, ejercida anualmente por el primer mandatario del paĆs huĆ©sped. La agenda para la Cumbre de 2024 comprende debates sobre 1) InclusiĆ³n social y lucha contra el hambre, 2) TransiciĆ³n energĆ©tica y desarrollo sostenible en sus aspectos sociales, econĆ³micos y ambientales, 3) Reforma de las instituciones de gobernanza global: Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, OrganizaciĆ³n Mundial del Comercio, Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
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No necesita el lector que le explique por quĆ© tantos debates concluyeron enĀ Ā saludos a la bandera. La āAlianza Global contra el Hambre y la Pobrezaā no puede ser gerenciadaĀ Ā justamente por el grupo de paĆses que mĆ”s han contribuido a que āsegĆŗn Oxfam- el 1% de la poblaciĆ³n mundial acapare cerca del 50% de la propiedad global, y sĆ³lo el 10% posea el 80% de dicha riqueza. Programas como el āCero Fomeā alivian a las masas de la depauperaciĆ³n que podrĆa conducir al estallido social, pero no les procuran trabajo estable ni control de los medios de producciĆ³n. DifĆcil es una ātransiciĆ³n energĆ©ticaā o una āmovilizaciĆ³n mundial contra el cambio climĆ”ticoā dirigĆda por paĆses responsables del 83,9% de las emisiones de CO2 provenientes de energĆa fĆ³sil (https://en.wikipedia.org/wiki/G20) o de la destrucciĆ³n de la Amazonia. Dudamos de que reformen institucionalmente Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, OrganizaciĆ³n Mundial del Comercio y Consejo de Seguridad de la ONUĀ Ā quienes los usanĀ Ā como pilares de su poder. Si lo quisieran, los monopolios del agronegocio podrĆan suprimir el hambre, los paĆses desarrollados clausurar las fĆ”bricas que supuestamente envenenan la atmĆ³sfera, disolver las instituciones que perpetĆŗan la especulaciĆ³n financiera y acumulan una deuda que supera el 333% del PIB global. NoĀ Ā lo hacen porqueĀ Ā estropearĆa sus negociados. El G-20 no es la soluciĆ³n, sino el problema.
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No se sabe que el selecto grupo haya adoptado resoluciones viables y obligatorias para frenar el excesivo gasto armamentista, las continuas injerencias militares en paĆses del Sur Global, la obscena inmunidad tributaria de los grandes capitales transnacionales, las medidas coercitivas unilaterales que destruyen a los paĆses independientes, la necesaria anulaciĆ³n de la impagable Deuda PĆŗblica, la persecuciĆ³n racista contra grupos discriminados internos o migrantes, la falta de derechos sociales y laborales de quienes trabajan en esos agujeros negros de los derechos humanos llamados maquilas o Zonas EconĆ³micas Especiales. La juiciosa actitud de los integrantes del G-20 ha sido debatir los problemas propios como si se tratara de los del mundo, y nunca tratar los problemas del mundo como propios.
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El G-20 ha aceptado implĆcitamente sacrificar el planeta en aras de las potencias hegemĆ³nicas. Esta marcha hacia el precipicio resulta agravada por la contraorden sobre la estrategia y la tĆ”ctica del enfrentamiento. Durante medio siglo impuso Estados Unidos a sangre y fuego el catecismo neoliberal resumido en dos mandamientos: cero proteccionismo estatal, absoluta libertad de empresa. Este suicidio econĆ³mico fue forzado por golpes de Estado como los de Indonesia, Chile. Honduras y PanamĆ”, por invasiones como la de Nicaragua, Cuba, RepĆŗblica Dominicana, Libia, Irak, y ocupaciones militares como las de Colombia, Ecuador y PerĆŗ. Estados Unidos lleva mĆ”s de un siglo obligando a los demĆ”s paĆses a adoptar las polĆticas neoliberales que los llevaron a la ruina y que ahora lo arruinan a Ć©l.
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Pues al desechar todo proteccionismo permitiĆ³ a los grandes capitales mudar sus industrias al exterior, dejar sin empleos a los estadounidenses, sustituir la producciĆ³n de bienes materiales por la de dividendos especulativos e inmunizarse contra los impuestos mediante rebaja de las tasas tributarias y colocaciĆ³n de beneficios en ParaĆsos Fiscales. Donald Trump ganĆ³ la presidencia ofreciendo revertir estas polĆticas fatales, pero en el mejor de los casos su tĆ”ctica serĆ” dual: reimpondrĆ” el proteccionismo a favor de Estados Unidos, a costa de la desprotecciĆ³n econĆ³mica, social y estratĆ©gica del resto del planeta. Es lo que se debatiĆ³ a puerta cerrada en la cumbre del G-20. Suelen las organizaciones internacionales ser estructuras para barnizar de consenso los intereses del minoritario grupo de las potencias hegemĆ³nicas. Es hora de que participe en el debate toda la humanidad.
Autor: Luis Britto GarcĆa
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