Gracias a Venezuela, Colombia hoy no es más pobre

La reactivación de los lazos bilaterales ha generado importantes beneficios para ambos países, particularmente para Colombia, donde la economía ha visto mejoras significativas en áreas clave como la agricultura y la seguridad alimentaria.


Por: Alfonso Insuasty Rodríguez

2 de octubre de 2024 Hora: 15:39

Desde el inicio del gobierno de Gustavo Petro, Colombia ha experimentado un cambio trascendental en sus relaciones diplomáticas y comerciales con Venezuela generando importantes beneficios para ambos países, particularmente para el país cafetero.

Después de largos años de tensión y enfrentamientos políticos, la reactivación de los lazos bilaterales ha generado importantes beneficios para ambos países, particularmente para Colombia, donde la economía ha visto mejoras significativas en áreas clave como la agricultura y la seguridad alimentaria.

Uno de los recientes logros más destacados del gobierno de Gustavo Petro, ha sido la reducción de la inflación, a cuál alcanzó el 0% en agosto de 2024, un hito que ha permitido frenar el crecimiento de la pobreza y la pobreza extrema en el país.

Durante un evento en el marco de la entrega de tierras a las víctimas del proyecto de la Hidroeléctrica del Quimbo, el presidente Petro destacó un factor clave en este importante e histórico logro: la importación de urea a precios accesibles desde Venezuela.

«Un éxito de este gobierno que no lo reconocen, pero uno de los factores fundamentales fue la rebaja del precio de los fertilizantes. Y hay que decirlo, es porque nos vendieron urea barata de Venezuela. Esto nos ayudó a detener el crecimiento de la pobreza en Colombia”, afirmó el mandatario.

Este es un vivo ejemplo de cómo las relaciones Colombia-Venezuela sin duda entraron a un nuevo capítulo de colaboración y prosperidad en América Latina, un proceso que aún falta por potenciar y dinamizar, pero que se espera no se detenga y por el contrario se logre ampliar y potenciar hacia escenarios de unidad regional más amplios.

Algunos datos

El comercio entre Colombia y Venezuela ha mostrado un incremento notable. En los primeros siete meses de 2024, el intercambio comercial creció un 36,5% en comparación con el mismo periodo del año anterior, alcanzando los 607,3 millones de dólares, según informe de la Cámara de Integración Económica Venezolano-Colombiana (Cavecol).

Las exportaciones de Colombia hacia Venezuela crecieron 46,3% durante el período enero-julio de 2024, alcanzando un valor total de 525,4 millones de USD, según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística Colombiano (DANE). En contracara las exportaciones desde Venezuela hacia Colombia se redujeron un 4,5% en los primeros 7 meses de 2024.

Las fronteras terrestres, especialmente los pasos entre Táchira y Norte de Santander, y Paraguachón y Maicao, concentraron la mayor parte del intercambio, con un 71,2% del total.

Esta dinámica de colaboración ha permitido no solo el flujo de bienes y servicios, sino también el fortalecimiento de sectores estratégicos como el agrícola en Colombia, impulsado por la importación de fertilizantes venezolanos.

Los productores colombianos, al tener acceso a insumos más baratos, han podido reducir costos de producción, lo que se ha convertido en una disminución de los precios de los alimentos y en un aumento de la oferta agrícola.

No obstante, esta reactivación de relaciones no ha estado exenta de críticas. Sectores oligarcas de Colombia, quienes históricamente han mantenido una postura confrontativa hacia el gobierno venezolano, han expresado su disconformidad con esta renovada colaboración.

En el ámbito energético, en especial, está la disputa

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, cuestionó la falta de información en los medios masivos hegemónicos de Colombia, sobre la importación de gas a altos precios, comparado con el costo menor que implicaría adquirirlo de Venezuela.

Durante el Sexto Encuentro y Feria de Energías Renovables en Barranquilla de 2023, Petro ya había criticado las elevadas tarifas de las termoeléctricas frente a las hidroeléctricas y afirmó que, aunque el país lleva años importando gas más caro desde otros lugares, los medios no lo mencionan debido a los intereses empresariales de figuras influyentes en el sector energético, como Luis Carlos Sarmiento Angulo.

Un año después, el presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa, en una rueda de prensa anuncio:

“Hemos avanzado con (la petrolera estatal venezolana) PDVSA Gas SAS y Cenit (compañía transportadora), nuestra filial, en hacer un recorrido físico por toda la instalación en el tramo de Colombia (del gasoducto Antonio Ricaurte), que son cerca de 98 kilómetros, y se ha identificado que en una ventana de tiempo de entre 10 y 14 meses podría estar el gasoducto en disposición”

Las cifras hablan por sí mismas: el fortalecimiento de las relaciones bilaterales ha logrado ventajas económicas tangibles, que difícilmente pueden ser ignoradas.

Una Llamada a la Colaboración Regional y el Futuro en los BRICS+

El éxito de esta nueva etapa en las relaciones entre Colombia y Venezuela subraya la importancia abierta de mantener un diálogo y constructivo entre las naciones de América Latina.

A través de la cooperación en sectores clave como la energía y la agricultura, ambos países pueden no solo resolver problemas internos, sino también fortalecer su posición en la región y en el escenario global.

En este contexto, sería ideal que tanto Colombia como Venezuela consideren unirse en bloque a los BRICS+, lo que les permitiría ampliar sus lazos comerciales y diplomáticos más allá de la región, consolidándose como actores clave en la construcción de un futuro de paz y prosperidad para América Latina.

En última instancia, la colaboración mutua y la integración económica son pasos esenciales hacia la consolidación de América Latina como una región de paz y desarrollo sostenible.

Si duda, el gobierno de Gustavo Petro ha demostrado que una relación fortalecida con Venezuela no solo es posible, sino que es muy necesaria en todos los ámbitos pues además de fortalecer los lazos económicos se torna beneficiosa en materia de seguridad, dialogo entre los pueblos, en asuntos de política de paz, en temas de ciencia, tecnología, innovación, entre otras.

Ahora, el desafío es seguir construyendo sobre esta base alcanzada para que ambas naciones continúen avanzando juntas hacia un futuro más autónomo, soberano, en paz, próspero y equitativo, tanto para sus ciudadanos como para la región en su conjunto.

Nota: El autor es docente investigador de la Red Interuniversitaria por la paz, REDIPAZ.

Autor: Alfonso Insuasty Rodríguez

Fuente: Alfonso Insuasty Rodríguez

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