La Conspiración Terrorista contra Venezuela
Una operación de desinformación y manipulación psicológica a través de las redes sociales acompañaría la acción subversiva de mercenarios contra la Revolución Bolivariana. Foto: Cubadebate.
Por: Raphael Machado
21 de septiembre de 2024 Hora: 22:48
Para aquellos que creían que el intento de destrucción de Venezuela por parte de Occidente atlántico después de las elecciones había terminado, tal vez la captura de mercenarios extranjeros involucrados en una conspiración terrorista internacional haya sido una sorpresa. Todos recordamos, por ejemplo, cuando en 2020, bajo el gobierno de Donald Trump, EE.UU., en coordinación con Colombia, habría enviado un grupo de mercenarios vinculados a la agencia Silvercorp de Florida – todos con experiencia en fuerzas especiales – incluyendo a 2 estadounidenses, hacia Venezuela. Ellos formaban parte de un proyecto llamado “Operación Gedeón”, cuyo objetivo era infiltrarse en Venezuela desde Colombia mediante un desembarco naval.
La operación tenía la intención de secuestrar o asesinar al Presidente Nicolás Maduro y, según revelaron las investigaciones, habría sido acordada con Juan Guaidó, la figura política que se autoproclamó Presidente de Venezuela en 2019. El intento fue, sin embargo, un fracaso porque los servicios de inteligencia de Venezuela ya habían desmantelado el plan (que involucraba a militares venezolanos exiliados además de mercenarios extranjeros) meses antes, por lo que las fuerzas de seguridad venezolanas estaban preparadas para el ataque. Durante la operación, 6 invasores fueron abatidos y 91 fueron capturados.
Es importante señalar que parte de los objetivos de los mercenarios era buscar la sublevación de oficiales descontentos dentro de las Fuerzas Armadas de Venezuela. Esta intención es evidente y, de hecho, se repite en todos los planes contra Venezuela, ya que los militares tienen un papel destacado en el sistema bolivariano, donde, a diferencia de los sistemas liberales, también poseen un papel político relevante.
En este sentido, hay precedentes para lo que el Ministro del Interior, Diosdado Cabello, expuso en los últimos días. Pero el nuevo plan de infiltración y desestabilización fue desmantelado aún antes que el anterior, lo que indica tanto el aumento del nivel de preparación de los servicios de inteligencia y seguridad de Venezuela, como el declive táctico-operacional del atlantismo, al menos en lo que respecta a operaciones especiales de este tipo.
Ahora, las fuerzas de seguridad de Venezuela han incautado 400 fusiles y pistolas procedentes de EE.UU., así como a tres estadounidenses, un checo y dos españoles, y otros 6 extranjeros, que estarían involucrados tanto en el tráfico de armas como en la preparación del plan, el cual incluía tanto el ensamblaje de armas como el reclutamiento de más mercenarios para una operación que pretendía, potencialmente, el asesinato del Presidente Nicolás Maduro, la Vicepresidenta Delcy Rodríguez y otros funcionarios del Estado.
El líder sería el estadounidense Wilber Joseph Castañeda, un Navy SEAL con experiencia militar en Afganistán e Irak, y que tuvo una estancia reciente en Colombia, mientras que los españoles José María Basoa y Andrés Martínez estarían vinculados al Centro Nacional de Inteligencia de España. Los otros dos estadounidenses serían Estrella David y Aaron Barron Logan, uno de los cuales sería hacker. A su vez, el checo habría formado parte de un grupo mercenario en Europa, del cual también formaban parte franceses, y en sus pertenencias se encontraron indicios de vínculos con personajes ligados al ámbito político venezolano. Naturalmente, también hubo varias otras detenciones de venezolanos con alguna participación en el plan, el cual también tendría conexiones con bandas narcocriminales como Tren del Llano y Tren de Aragua, que participaron activamente en los disturbios postelectorales recientes.
De hecho, Wilber Castañeda, quien ingresó al país más recientemente en julio, mantuvo contacto con figuras de la oposición y del crimen organizado, prueba de ello son los chats de su celular, que indican su participación en un papel de coordinación en los disturbios que siguieron a las elecciones presidenciales. En este esquema, que según Cabello estaría dirigido por la CIA, el papel de España sería el de proporcionar más mercenarios. Obviamente, tanto los gobiernos de EE.UU. como de España niegan cualquier implicación en un plan de desestabilización de Venezuela.
Pero la presencia de Erik Prince, el infame fundador de la agencia mercenaria Blackwater, en esta ecuación desmiente la «ignorancia» del gobierno de EE.UU. respecto a los hechos. Prince, quien está vinculado a un sector de la economía contemporánea que podríamos llamar «emprendimiento militar», publicó hace una semana en las redes sociales un misterioso video en el que afirma que «algo grande» sucederá en Venezuela el 16 de septiembre.
La publicación en cuestión está asociada a una página llamada “Ya Casi Venezuela”, la cual apela a la violencia para el cambio de régimen en el país sudamericano. El tipo de negocio del “emprendimiento militar”, es decir, del mercenarismo, es imposible sin el apoyo material, financiero, logístico y técnico de sectores vinculados al Estado de origen. Además, la propia familia Prince ha estado estrechamente vinculada al gobierno de Donald Trump – su hermana, Betsy DeVos, fue Secretaria de Educación. Por parte de Erik Prince, parece un intento de relanzarse, creando un marketing político para, quizás, ingresar en la política. Pero el momento no permite desmentir: ciertamente hay un vínculo entre esta operación que pretendía realizarse en Venezuela y este proyecto “Ya casi Venezuela” del fundador de Blackwater.
En este sentido, una operación de desinformación y manipulación psicológica a través de las redes sociales acompañaría la acción subversiva de mercenarios, con el objetivo de promover un cambio de régimen y, consecuentemente, favorecer políticamente a Prince.
Estos eventos podrían llegar a representar un “modelo” de cómo EE.UU. planea lidiar con países iberoamericanos que no puedan cooptar por medios diplomáticos y económicos.
Autor: Raphael Machado
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