Trump vuelve con políticas de odio, negacionismo y autoritarismo (II)

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El gobierno de Trump llega tarde para debilitar el marco jurídico global, porque este ya ha sido aplastado por Israel con el patrocinio de Estados Unidos y la complicidad de la Unión Europea y el resto de satélites del decadente imperio. Lo que Trump hará será simplemente certificar su defunción. Foto: EFE


Por: Manu Pineda

31 de enero de 2025 Hora: 12:04

La vuelta de Trump: una patada al tablero

Donald Trump no muestra el menor reparo en violar el Derecho Internacional, los tratados y convenios internacionales, o las resoluciones de la ONU, porque para él no representan un límite a su visión de poder y dominación. Sin embargo, su actitud no es una novedad, sino más bien una continuación y culminación de un proceso que lleva desarrollándose desde hace tiempo. En estos últimos quince meses de genocidio israelí sobre la población palestina en Gaza, el régimen sionista ha convertido al Derecho Internacional en un cadáver, enterrándolo bajo los escombros de los hogares, escuelas y hospitales destruidos por los bombardeos en la franja de Gaza.

Trump, en este escenario, no es más que el notario de una tragedia: su gobierno llega tarde para debilitar el marco jurídico global, porque este ya ha sido aplastado por Israel con el patrocinio de Estados Unidos y la complicidad de la Unión Europea (UE) y el resto de satélites del decadente imperio. Lo que Trump hará será simplemente certificar su defunción.

La violación sistemática de derechos humanos, los crímenes de guerra y la limpieza étnica en Gaza han dejado claro que el Derecho Internacional no significa nada si no hay voluntad política para aplicarlo. Las instituciones que deberían velar por la justicia internacional han sido cómplices o espectadoras pasivas, permitiendo que Israel actúe con total impunidad.

Trump y su administración, lejos de frenar esta situación, la han abrazado como un modelo a seguir. Al presionar a países como Jordania y Egipto para expulsar a los palestinos de Gaza y convertir la limpieza étnica en una solución aceptada, están destruyendo lo poco que quedaba de la legitimidad del sistema internacional.

La historia juzgará a quienes han permitido este colapso moral y jurídico, pero también queda claro que la lucha por la justicia y los derechos humanos no puede depender de instituciones que han demostrado estar al servicio de los poderosos. La Resistencia Palestina y la Solidaridad Internacional seguirán siendo las verdaderas fuerzas que mantendrán viva la esperanza frente a esta barbarie.

Trump intensifica la política de bloqueo y aislamiento contra Cuba

Pocos minutos después de asumir la presidencia, Trump anunció la revocación de la orden emitida por Biden seis días antes, que buscaba excluir a Cuba de la infame lista de países patrocinadores del terrorismo. Esta decisión refuerza una injusticia flagrante. Cuba, un país que ha sido ejemplo en su compromiso con la humanidad, no envía bombas ni tanques a otras naciones; envía médicos y maestros. Sin embargo, Donald Trump ha renovado todas las restricciones impuestas sobre la isla desde enero de 2021, cuando él mismo incluyó a Cuba en la espuria lista durante los últimos días de su primer mandato, tras haber perdido las elecciones. Esta inclusión, ampliamente criticada por la comunidad internacional, se basó en argumentos falsos y carentes de fundamento, sin ninguna evidencia que la respaldara.

Las consecuencias de esta medida son devastadoras para el pueblo cubano. Permanecer en esta lista dificulta aún más el acceso a recursos financieros, alimentos, medicamentos y otros bienes esenciales, agravando las penurias que ya enfrenta la población debido al bloqueo económico, que lleva más de 63 años. En lugar de buscar soluciones para aliviar el sufrimiento del pueblo cubano, como el levantamiento del bloqueo, Trump opta por intensificarlo, utilizando a Cuba como un símbolo de su postura radicalmente anticomunista para consolidar el apoyo de los sectores más reaccionarios de la política estadounidense.

Esta política no solo profundiza el criminal e ilegal bloqueo a Cuba, sino que también ignora las voces que, dentro y fuera de Estados Unidos, claman por un enfoque más humano y constructivo hacia la isla.

Una guerra abierta contra los migrantes

En el centro de la política regresiva de Trump se encuentra una agresiva persecución contra los migrantes, que ataca directamente los principios humanitarios y constitucionales. Entre las medidas más controvertidas destacan:

  1. Declaración de Emergencia Nacional en la Frontera Sur: Con esta medida, Trump planea desplegar fuerzas armadas y completar la construcción del muro fronterizo, una iniciativa que simboliza su enfoque represivo hacia la migración.
  2. Eliminación de la ciudadanía por derecho de nacimiento: Esta propuesta desafía directamente la Enmienda 14 de la Constitución estadounidense, que garantiza este derecho desde 1868, y representa un ataque sin precedentes a los derechos fundamentales.
  3. Reinstauración de la política «Remain in Mexico»: Esta medida obliga a los solicitantes de asilo a permanecer en México en condiciones precarias mientras esperan la resolución de sus casos, exponiéndolos a graves riesgos humanitarios.
  4. Eliminación de la aplicación CBP One: Al suprimir esta herramienta, se dificultan los trámites migratorios y se obstaculiza la entrada legal de personas, cerrando aún más las puertas a quienes buscan refugio y oportunidades.

Estas políticas no solo buscan criminalizar la migración, sino que también exacerban las tensiones con países vecinos, especialmente México. Trump ha llegado al extremo de amenazar con imponer aranceles, intervenciones militares e incluso ha cambiado el nombre del Golfo de México a «Golfo de América», una propuesta insólita que refleja su desprecio por la soberanía de las naciones.

Sin embargo, Trump ya ha encontrado resistencia. Tanto el presidente colombiano, Gustavo Petro, como la mandataria mexicana, Claudia Sheinbaum, han enfrentado con firmeza la arrogancia y las amenazas del magnate. Estas respuestas han contado con el apoyo explícito de la mayoría de los presidentes de América Latina y el Caribe, lo que podría marcar el inicio de una mayor cooperación regional. Este movimiento podría ser el embrión de un paso hacia una unidad más sólida en Nuestra América, frente a las políticas hostiles y divisionistas promovidas por Trump.

En un contexto de creciente tensión, la región parece estar despertando a la necesidad de unirse para defender los derechos humanos, la soberanía y la dignidad de los migrantes, frente a un discurso que busca dividir y criminalizar.

Una amenaza a la soberanía panameña

Como si la hostilidad hacia Cuba y México no fuese suficiente, Trump ha declarado que «recuperará» el Canal de Panamá, un movimiento que evoca la visión más colonial del imperialismo estadounidense en América Latina. La declaración, carente de base legal, representa una afrenta directa a la soberanía de Panamá, que asumió el control total del canal en 1999 tras décadas de lucha diplomática y popular.

Este anuncio refleja el desprecio de Trump por el derecho internacional y su visión de América Latina como un patio trasero al servicio de los intereses estadounidenses. Más allá de sus implicaciones simbólicas, esta amenaza podría desestabilizar las relaciones regionales y agravar las tensiones geopolíticas en el continente.

Negacionismo y retroceso ambiental

Trump también ha reafirmado su negacionismo climático, retirando a Estados Unidos de los Acuerdos de París y eliminando regulaciones ambientales clave. Ha declarado una «emergencia nacional de energía» para desmantelar medidas de protección ambiental y favorecer la explotación de recursos fósiles en Alaska. Esta agenda no solo ignora la crisis climática, sino que profundiza el daño ecológico global en beneficio de las corporaciones energéticas.

Un ataque frontal a la diversidad y los derechos humanos

Entre las medidas más alarmantes está la emisión de un decreto que limita el reconocimiento gubernamental a dos géneros biológicos, negando la existencia y los derechos de las personas trans y no binarias. Asimismo, ha prohibido el uso de fondos federales para servicios relacionados con la transición de género, dejando a una comunidad entera en una situación de desamparo institucional.

Adicionalmente, Trump ha revertido más de 70 órdenes ejecutivas de la anterior administración, eliminando tímidos avances en diversidad, equidad racial e inclusión. Su decisión de otorgar el indulto a los participantes del asalto al Capitolio en 2021 evidencia su desprecio por las instituciones democráticas.

Un estado al servicio de los poderosos

Fiel a su política de «adelgazamiento del Estado», Trump ha creado el Departamento de Eficiencia Gubernamental, liderado por Elon Musk, un magnate ultraderechista conocido por su defensa de políticas ultraliberales y anti-regulaciones. Este movimiento busca desmantelar servicios públicos esenciales mientras se congela la contratación de empleados federales, consolidando un modelo de gobierno al servicio exclusivo de las élites.

En 1848, en El Manifiesto Comunista, K. Marx y F. Engels escribían: “Hoy, el Poder público viene a ser, pura y simplemente, el Consejo de administración que rige los intereses colectivos de la clase burguesa”. El gobierno nombrado por D. Trump es el mas claro ejemplo de lo enunciado por los padres del Materialismo Dialectico. En el gobierno estadounidense no se sientan defensores del la burguesía y oligarquía, como ha pasado hasta ahora. Hoy, en ese gobierno y alrededores, se sientan los mayores multimillonarios del planeta, dispuestos a legislar en beneficio propio ahorrándose intermediarios.

«Los empresarios se convierten en políticos y son aclamados como estadistas, mientras que los estadistas son tomados en serio sólo si hablan el lenguaje de los empresarios exitosos».
Hannah Arendt, «Los Orígenes del Totalitarismo»

Aun viniendo de un periodo tan negro y una administración tan nefasta, belicista y criminal como la de Joe Biden, vemos que el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca representa una especie de tiro de gracia para lo que quedase de apariencia democrática, de respeto a los derechos humanos y los esfuerzos globales por combatir la crisis climática. Su agenda autoritaria no solo profundiza las desigualdades dentro de Estados Unidos, sino que también exporta un modelo supremacista y unilateralista que alienta a la extrema derecha internacional y desprecia la soberanía de los países, especialmente en América Latina.

Con políticas que intensifican injerencismo sin maquillaje y un enfoque centrado en la dominación y explotación, Trump ignora los avances en la autodeterminación de los pueblos y socava los principios de justicia social y cooperación global. Este retroceso peligroso pone en riesgo el futuro de las mayorías y amenaza con profundizar las tensiones y desigualdades globales.

Trump y la estrategia imperialista: claves para entender su táctica y cómo enfrentarlas

Trump busca enfrentar directamente a EE.UU. con China, priorizando un capitalismo nacional fortalecido y alianzas con líderes abiertamente ultraderechistas como Milei en Argentina o Meloni en Italia. Su propósito es consolidar el dominio global estadounidense, como ya intentó en su primer mandato.

Sus objetivos principales:

  1. Recuperar el control de América Latina como “patio trasero” de EE.UU., asegurando recursos para sostener su economía y centrándose en la disputa con China.
  2. Aislar a China rompiendo sus alianzas internacionales, especialmente los BRICS, y frenando iniciativas como la Nueva Ruta de la Seda.
  3. Fortalecer al régimen israelí para tener bajo control Oriente Medio y el Mediterráneo.
  4. Debilitar instituciones neoliberales como la UE y apoyar a fuerzas nacionalistas y de extrema derecha en Europa.
  5. Romper la alianza Rusia-China y recuperar Brasil para la extrema derecha. Es evidente que la estrategia incluye esfuerzos para romper la alianza estratégica entre Rusia y China, que constituye el núcleo central del BRICS. Además, se intenta recuperar a Brasil para la extrema derecha, considerando que este país, junto con Rusia y China, desempeña un papel clave en la estabilidad y el fortalecimiento de la alianza.

Trump también reactivará conflictos en Asia-Pacífico y atacará acuerdos globales como el Acuerdo de París y la OMS, priorizando la confrontación sobre la cooperación internacional.

¿Cómo responder?

Para enfrentar esta agenda imperialista, se proponen acciones concretas:

  • Unificar América Latina. Es esencial promover la unidad de Nuestra América, para proteger sus recursos naturales y resistir las presiones y las injerencias de Estados Unidos, así como sus intentos de dividir a los gobiernos progresistas de la región.
  • Fortalecer articulaciones internacionales. Se debe potenciar la cooperación y coordinación de foros, articulaciones y organizaciones internacionales como la Internacional Antifascista, ALBA, el Foro de São Paulo, y el Foro Europeo de Fuerzas Progresistas, Ecologistas y de Izquierdas. Estos espacios deben servir para impulsar un nuevo orden internacional basado en la paz, la cooperación y el multilateralismo, confrontando la agenda depredadora promovida por Estados Unidos y sus satélites.
  • Apoyar y fortalecer a los movimientos sociales. Es prioritario reforzar los movimientos sociales (feministas, ecologistas, pacifistas y obreros) que trabajan para contrarrestar el racismo, el machismo y el individualismo promovidos por la extrema derecha. Estos movimientos son fundamentales para construir sociedades más inclusivas y justas.
  • Respaldar alianzas antihegemónicas. Apoyar a los BRICS y a otras alianzas antihegemónicas y antiimperialistas es crucial para fomentar una política internacional multilateral basada en la coexistencia pacífica y el beneficio mutuo. Estas alianzas deben ser presentadas como una alternativa viable al imperialismo estadounidense.
  • Es necesario e inaplazable trabajar en la construcción de una agenda común, así como en la cooperación entre centros de pensamiento antihegemónicos y antiimperialistas. Es prioritario reforzar los instrumentos necesarios para dar la batalla cultural e ideológica frente a las narrativas dominantes.

La Conferencia Mundial por la Paz, prevista para 2025, representa una oportunidad significativa para consolidar una alianza global en defensa de la vida y en oposición a las políticas agresivas y destructivas de líderes como Trump. Este evento debe ser un espacio para coordinar estrategias que enfrenten eficazmente el imperialismo y construyan un futuro más justo y sostenible.

Ante este panorama, es imperativo que las fuerzas de izquierda se unan para construir, fortalecer y expandir un movimiento internacional que promueva valores esenciales y profundamente humanos, como la paz, la solidaridad, la justicia social y la resistencia frente al imperialismo y toda forma de fascismo. El desafío es inmenso, pero es crucial alzar la voz y actuar para proteger los derechos de los pueblos y el futuro del planeta.

Autor: Manu Pineda

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