Venezuela: Dignidad y resistencia en tiempos de asedio

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Venezuela debe consolidar el fortalecimiento de la producción nacional mientras lidera la defensa de los valores indígenas, campesinos y afrodescendientes, esenciales para salvaguardar su identidad y patrimonio cultural.


Por: Alfonso Insuasty Rodríguez

10 de enero de 2025 Hora: 14:43

A pesar del bloqueo económico, los ataques internacionales y las adversidades internas, Venezuela bajo el liderazgo de Nicolás Maduro ha ido construyendo un modelo de resistencia, soberanía y esperanza.

Desde que asumió la presidencia en 2013 tras la muerte del comandante Hugo Chávez, Nicolás Maduro ha enfrentado un escenario único de adversidades que pondrían a prueba cualquier liderazgo.

Su mandato ha sido una constante batalla por mantener y fortalecer el proyecto bolivariano en un contexto de ataques económicos, políticos y mediáticos sin precedentes.

Venezuela: un país bajo asedio

La República Bolivariana de Venezuela se ha convertido en el epicentro de una guerra híbrida liderada por Estados Unidos y sus aliados, cuyo objetivo es doblegar la construcción de un modelo soberano y socialista.

Esta ofensiva incluye un bloqueo económico inhumano y contra-derecho, el robo de activos estratégicos como Citgo, las reservas de oro en el Banco de Inglaterra, campañas de desinformación global, agresiones mercenarias, paramilitares, intentos de magnicidios, entre otras.

A pesar de estos embates, Maduro ha mantenido la cohesión nacional, logrando avances significativos en áreas como vivienda, salud y educación. Bajo su liderazgo, Venezuela no solo ha resistido, sino que ha demostrado que la dignidad y la soberanía no son negociables.

El actual Gobierno heredó un legado monumental, continuar la Revolución Bolivariana en un panorama global marcado por la hostilidad y el cerco político.

Sin embargo, el liderazgo del actual y relecto presidente ha sido decisivo para enfrentar un inhumano bloqueo económico impuesto por Estados Unidos y secundado por instancias como la OEA y el Grupo de Lima, que han buscado asfixiar las finanzas nacionales, bloqueando el acceso a medicinas, alimentos y recursos esenciales, asimismo aislar políticamente a la República Bolivariana así como afectar la moral del pueblo.

En este contexto, la figura de Juan Guaidó, que sirvió de excusa para despojar a Venezuela de sus activos en el extranjero y coordinar acciones desestabilizadoras impulsadas por Estados Unidos, que lo unge como un «presidente paralelo y ficticio”, se convirtió en una herramienta para legitimar acciones desestabilizadoras. A pesar de ello, el Gobierno de Nicolás logró desarticular estas conspiraciones internas y externas, defendiendo la estabilidad del país.

La justicia venezolana ha actuado en derecho contra figuras como María Corina Machado y Edmundo Gonzales, quienes son sindicados de liderar campañas apátridas apoyando decisiones que acentúan el actual bloqueo. Asimismo, se les acusa de sabotaje contra la infraestructura nacional y de facilitar la actuación de paramilitares colombianos y grupos de delincuencia común.

El actual Gobierno, su fuerza militar, su sistema de inteligencia se han fortalecido logrando anular múltiples intentos de invasión mercenaria al desarticular conspiraciones internas, manteniendo la paz y la estabilidad en un contexto de permanente asedio.

Relaciones hostiles y caminos de reconciliación

La relación con Colombia, en concreto con una élite que se ha enquistado en el poder,  ha sido otro frente de resistencia para Maduro, marcada históricamente por la diplomacia basada en la hostilidad y al servicio de los EEUU.

Es importante recordar que, Venezuela recibió con dignidad y hermandad a millones de migrantes colombianos que huían del conflicto armado, mientras que, como quedó evidenciado en los archivos del antiguo Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) de Colombia, sectores de poder en este país planearon extender rutas de narcotráfico por Venezuela, avanzadas paramilitares e incluso intentos de asesinato, en su momento, contra el presidente Hugo Chávez.

Sin embargo, la llegada de Gustavo Petro a la presidencia colombiana ha marcado un cambio hacia una lógica de hermanamiento, fortaleciendo las relaciones bilaterales comerciales a pesar de persistentes tensiones geopolíticas.

Avances sociales en tiempos de bloqueo

La Gran Misión Vivienda Venezuela ha sido uno de los pilares del proyecto revolucionario, entregando más de 4.5 millones de viviendas, incluso en medio del bloqueo más feroz.

En salud, la Misión Barrio Adentro ha mantenido un sistema gratuito y accesible, con más de 1.2 millones de intervenciones quirúrgicas realizadas desde 2013.

En educación, Venezuela ha sostenido índices de alfabetización cercanos al 100% y ha garantizado la matrícula del 85% de su población escolar, reafirmando el compromiso con el acceso universal a los derechos básicos.

En el ámbito internacional, Venezuela ha desempeñado un papel clave en la construcción de unidad latinoamericana. Su apoyo a procesos de paz en Colombia, el fortalecimiento del ALBA-TCP y su resistencia frente a los embates del imperialismo, ahora con el impulso al frente internacional antifascista, han consolidado su posición como un actor relevante en el Sur Global.

El liderazgo de Maduro también se ha proyectado en el fortalecimiento de relaciones con potencias como China, Rusia e Irán entre otros, en un esfuerzo por diversificar la economía y abrir caminos hacia un orden mundial multipolar.

El futuro emancipado de Venezuela: retos y resistencia en un nuevo periodo presidencial

El camino hacia un futuro emancipado bajo el liderazgo de Nicolás Maduro enfrenta desafíos colosales. La transición hacia una economía autónoma y diversificada, cada vez menos dependiente de los combustibles fósiles, se presenta como un imperativo estratégico en un contexto global marcado por la crisis climática y planetaria. Este reto exige repensar profundamente el modelo económico actual y trazar rutas sostenibles para el desarrollo.

Venezuela debe consolidar el fortalecimiento de la producción nacional mientras lidera la defensa de los valores indígenas, campesinos y afrodescendientes, esenciales para salvaguardar su identidad y patrimonio cultural. A la par, es crucial intensificar la lucha contra la corrupción, una amenaza interna que socava los cimientos del proyecto revolucionario.

La formación y cualificación del sujeto revolucionario emergen como pilares fundamentales para garantizar la continuidad del proceso transformador. Un pueblo empoderado y consciente es la mejor garantía para resistir las adversidades y construir un futuro digno.

Además, la construcción de alianzas sólidas en el Caribe, América del Sur y con otros actores del Sur Global será clave para enfrentar las nuevas formas de despojo y hegemonía. Estas relaciones no solo deben ser comerciales, sino también culturales, académicas y políticas, cimentando la solidaridad internacional como un escudo contra las embestidas externas.

En medio de tormentas políticas y económicas, Nicolás Maduro ha sostenido a Venezuela en pie, encarnando la resistencia del Sur Global frente al imperialismo.

En el horizonte de una nación asediada y bloqueada, la Revolución Bolivariana permanece como un árbol firme, cuyas raíces profundas simbolizan la soberanía y cuyas hojas caídas enseñan lecciones de resistencia.

Con sus errores y aciertos, Venezuela, hermana indomable, encuentra en su capacidad de lucha su mayor fortaleza y en la esperanza su mayor aliada. Cada paso dado hacia la emancipación reafirma que, en un mundo adverso, la dignidad nunca será negociable.

Autor: Alfonso Insuasty Rodríguez

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