A días de la entrada en vigor del alto al fuego en Gaza, se reportan nuevas vulneraciones por parte de Israel, mientras las condiciones del acuerdo exponen complejas dinámicas geopolíticas en Oriente Medio.

La más reciente edición de “El Mapa”, programa transmitido por teleSUR, presentó un análisis detallado sobre las implicaciones del reciente acuerdo de alto al fuego entre Israel y el movimiento de resistencia palestino Hamás. Este pacto, que entró en vigor el pasado 19 de enero, consta de tres fases y plantea una serie de compromisos humanitarios y políticos para ambas partes, aunque su implementación ya enfrenta serios cuestionamientos.

En la primera fase, que comprende 43 días, Israel debía liberar cerca de 2.000 prisioneros palestinos, de los cuales la mitad son oriundos de Gaza y fueron arrestados tras los enfrentamientos del 7 de octubre de 2023. Hasta ahora, 90 detenidos han sido liberados, en su mayoría mujeres, mientras que Hamás ha entregado rehenes retenidos en refugios de Naciones Unidas. Además, se ha permitido la entrada de 600 camiones con ayuda humanitaria a Gaza.

Vulneraciones al acuerdo

A pesar de estos avances, la situación en Gaza y Cisjordania sigue siendo crítica. Durante el programa, se informó que Israel continúa con detenciones arbitrarias y mantiene el asedio en ciudades como Yenín. Según autoridades palestinas, en la última semana al menos 113 palestinos han sido asesinados, entre ellos 28 niños, mientras se registran más de 10.000 ataques desde el inicio del conflicto.

Nicola Hadwa, analista en temas de Oriente Medio invitado al programa, destacó que las acciones israelíes responden a intereses geopolíticos que trascienden el conflicto inmediato. “Detrás de esta ofensiva hay un plan estadounidense y británico para controlar el gas submarino en Gaza y construir una ruta alternativa al Canal de Suez”, explicó Hadwa, refiriéndose a la riqueza energética de la región como un factor central en las disputas territoriales.

Contexto geopolítico y tensiones internacionales

El análisis de “El Mapa” también puso en perspectiva las tensiones entre Estados Unidos y otros actores internacionales, como Turquía, por el control de los recursos energéticos en el Mediterráneo Oriental. Recientes anuncios sobre la construcción de una base militar en Chipre y la posible explotación del gas palestino han generado reacciones adversas en la región.

Mientras tanto, la segunda fase del acuerdo, prevista para finales de enero, contempla el canje de los rehenes restantes y la retirada de las fuerzas militares israelíes de Gaza. La tercera fase, enfocada en la reconstrucción del enclave palestino, está condicionada a la evolución de los compromisos asumidos por ambas partes.

“El Mapa” cerró su análisis enfatizando que, aunque el alto al fuego es un paso necesario, la continuidad de las agresiones israelíes y la resistencia palestina auguran un panorama incierto para la estabilidad en la región.

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