En el quinto día de movilizaciones resonaron consignas en contra de la intromisión estadounidense en Panamá y las maniobras del Secretario de Estado Marco Rubio para presionar al gobierno: «¡El Canal es nuestro y se respeta!».

En una contundente muestra de rechazo a la injerencia del gobierno de Donald Trump en las decisiones soberanas de Panamá y de advertencia al Gobierno de José Raúl Mulino, que cede frente a las presiones estadounidenses, miles de ciudadanos volvieron a las calles en diferentes puntos del país según indicó el Sindicato Único Nacional de Trabajadores de la Industria de la Construcción y Similares.

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En un acto simbólico de protesta, los manifestantes quemaron imágenes de los delegados estadounidenses y de Marco Rubio, enviando un mensaje claro de que Panamá no es colonia de nadie y que sus ciudadanos están dispuestos a defender su autonomía a toda costa.

Estas movilizaciones resaltan la firme resolución del pueblo panameño de no permitir que intereses extranjeros decidan sobre su futuro ni sobre los recursos del país. La defensa de la soberanía se reafirma con acciones y resistencia en cada rincón del territorio nacional, señaló el sindicato más fuerte del país.

La jornada concluyó con un llamado a la unidad y a la vigilancia constante para proteger los derechos y la dignidad de la nación panameña de cara a la decisión anunciada por el Gobierno panameño de no renovar el memorando sobre la «Ruta de la Seda» firmado en 2017 entre Panamá y China, ante lo cual el Secretario de Estado norteamericano dijo que se trataba de un paso adelante en las relaciones entre ambos países.

Otra de las decisiones de Mulino que indican su paso atrás en la defensa de la soberanía panameña es su ofrecimiento a EE.UU. de un espacio en el Darién para que el país norteño lleve a cabo las deportaciones de migrantes, pese a haber afirmado anteriormente que acabaría con el tránsito de migrantes en el Darién.

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