Petro y el juego sucio contra su Gobierno

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, denuncia la puesta en marcha de un intento de «golpe blando» en su contra y la utilización de múltiples estrategias para derrocar su Gobierno. | Foto: EFE


13 de octubre de 2024 Hora: 14:50

La consolidación de la avanzada contra el presidente colombiano; la utilizando acciones al margen de la legalidad y el impacto en el pueblo muestran la repetición de una estrategia aplicada en numerosas oportunidades en la región. Situación ante la cual los gobiernos populares buscan dar una respuesta conjunta.

La investigación iniciada contra el presidente colombiano esta semana, así como también la utilización de otras herramientas del Estado o la denuncia permanente de irrespeto a las reglas del juego a los gobiernos populares, es una estrategia que se repite a nivel regional y que tiene diferente impacto según los posicionamientos geopolíticos, sociales y económicos que toman los Gobiernos a la hora de someterse a este tipo de normas.

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En ese sentido, el periodista Clodovaldo Hernández señala que “Si se hace una revisión de la historia reciente —y del presente más candeloso—, se puede concluir que en varios de nuestros países, los políticos de izquierda (o, sencillamente, con algunas ideas de equidad social) deben pelear con estricto apego a la ley, so pena de ser descalificados o tildados de dictadores, usurpadores o terroristas; mientras los líderes de derecha y, sobre todo, de ultraderecha, pueden ignorar las regulaciones y contar con la complicidad o la condescendencia del resto del mundo y de los poderosos medios de comunicación.”

La decisión del Consejo Nacional Electoral de Colombia de avanzar contra la campaña presidencial de Gustavo Petro por presunto exceso en los topes de financiación en 2022 y sus implicancias a nivel político institucional dan lugar a un nuevo episodio a la historia de avances institucionales y judiciales contra líderes populares de Latinoamérica.

La propia composición del CNE, elegida por partidos representados en el Parlamento y que actualmente cuenta con mayoría opositora, es señalado por el oficialismo como prueba contundente de una acción con fines políticos y la utilización de las instituciones del Estado para desestabilizar el Gobierno del primer presidente anti oligárquico que tiene Colombia en el último siglo. La votación que definió que se inicie la acción investigativa contra la campaña del actual presidente contó con siete votos a favor (todos ellos opositores) y solo dos en defensa del Gobierno, los dos que fueron electos por el partido que llevó a Petro al poder.

El impacto

El 44,8% de los colombianos encuestados por CELAG DATA considera que hay sectores que buscan un golpe para sacar del poder al presidente Gustavo Petro. En tanto, el 39,5% de los encuestados cree que el presidente está exagerando y que no hay un intento de sacarlo del poder, mientras que un 15,7% opta por no responder.

En tanto, pese a la identificación por parte de la mayoría de un intento de “sacar del poder” a Petro, este tipo de acciones que desvían el debate público y colocan a los Gobiernos populares a la defensiva, provocan a su vez sensaciones predominantes de incertidumbre (31,8%) y de decepción (25,3%), lo cual lleva a un clima de inestabilidad política y habilita un escenario de derrocamiento de un gobierno. 

Esto se traduce en una evaluación general del gobierno de Petro sea mayormente negativa (59,7%). Sin embargo, en el desglose por áreas, el gobierno recibe una importante aprobación: más de un 50% de los encuestados valoran positivamente las políticas educativas, situándolas como uno de los principales logros de su gestión, junto con las políticas sociales y las pensiones para adultos mayores. 

Estrategias de lawfare

Este tipo de maniobras legales son parte de una estrategia más amplia de la derecha colombiana para debilitar el mandato de Petro, y replican las tácticas que ya se utilizaron en Brasil contra Lula da Silva y Dilma Rousseff, en Argentina contra Cristina Fernández de Kirchner, Evo Morales en Bolivia y Rafael Correa y su vicepresidente, Jorge Glas en Ecuador, entre otras. 

Estas acciones buscan erosionar la legitimidad del gobierno a través de acusaciones judiciales y bloqueos administrativos. Prevenido de esta situación, Petro ha convocado a sus seguidores a movilizarse en defensa de su gobierno, asegurando que el “golpe blando” busca presentarlo como corrupto para así destituirlo. 

Si bien el CNE no tiene competencias para formular cargos, su investigación puede desencadenar un juicio político en la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes. Esta comisión está presidida por Wadith Manzur, del Partido Conservador, y tiene mayoría opositora, lo que convierte el proceso en un campo minado para el presidente.

El apoyo regional

En tanto, Gustavo Petro, ha recibido un notable respaldo de líderes regionales tras las denuncias de un supuesto golpe de Estado en su contra. 

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha propuesto un proceso de diálogo entre actores políticos colombianos con la mediación de su país. Además, ha instado a la participación de la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, en su calidad de presidenta pro tempore de la CELAC, así como a países del ALBA, con el objetivo de preservar la soberanía popular en Colombia.

El apoyo a Petro también ha llegado desde Brasil. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva expresó su solidaridad al mandatario colombiano, recordando su propia experiencia con la persecución política. Lula destacó la importancia de respetar el debido proceso legal y la voluntad popular expresada en las urnas, alertando sobre los riesgos de socavar la democracia en la región. El líder brasileño comparó la situación de Petro con la destitución de la expresidenta Dilma Rousseff en 2016, que Lula calificó como un golpe sin base legal.

Por su parte, el presidente de Bolivia, Luis Arce, también manifestó su apoyo a Petro, advirtiendo que los intentos de desestabilizar su gobierno son parte de una estrategia más amplia de la derecha en la región para debilitar los avances sociales y políticos alcanzados por los movimientos populares. Arce subrayó la importancia de defender la democracia y condenó los esfuerzos por desconocer la voluntad de millones de colombianos que eligieron a Petro democráticamente en las urnas.

La situación de fondo y la cual ha provocado las manifestaciones de solidaridad y apoyo no son otras que la historia repetida.  Hernández señala que acciones como la del CNE tendrían resultados y reacciones opuestas a las que tienen en Latinoamérica si hubiesen ocurrido en “Estados Unidos o en algún país de Europa”.

Y concluye: “Pero como ocurrieron —y siguen ocurriendo— en la Venezuela chavista, las reglas de la democracia burguesa se vuelven en extremo flexibles. Todo está permitido para alcanzar el objetivo del “cambio de régimen”.

Autor: Nicolás Hernández - teleSUR

Fuente: Celag - Diario Red - teleSUR - Presidencia Colombia - EFE - Página 12 - La Iguan

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