El objetivo de la caravana es visibilizar la injusticia a la que Sala es sometida y exigir su libertad inmediata tras nueve años de cruel encierro.

Organizaciones sociales y de DD.HH. de Argentina convocaron para este jueves a una caravana para exigir la liberación de la lideresa de la organización barrial Tupac Amaru, Milagro Sala, detenida de manera arbitraria el 16 de enero de 2016 por órdenes del exgobernador de la provincia de Jujuy (norte), Gerardo Morales, artífice de la persecución política y judicial contra aquella.

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La movilización partirá a las 13H30 desde la Casa de las Madres de Plaza de Mayo, en el barrio de Congreso, y culminará en el domicilio donde Sala cumple prisión domiciliaria.

En un comunicado, los convocantes exigieron el “cese de la persecución política y judicial” contra Sala y denunciaron que el proceso está lleno de irregularidades con la complicidad de funcionarios políticos y judiciales.

Detención arbitraria a lo largo de 3.288 días

Sala fue detenida en enero de 2016, durante un acampe en que la organización Tupac Amaru protestaba contra medidas impopulares del exgobernador Gerardo Morales.

Según organizaciones de DD.HH., el caso de esta lideresa es uno de los primeros ejemplos de lawfare en Argentina, estrategia de persecución judicial contra líderes opositores y sociales, que fue utilizada como modelo a nivel nacional.

La exdiputada Juliana Marino calificó el caso como una “aberración jurídica” diseñada para proscribir y escarmentar a las organizaciones populares.

Por su parte, el director de Litigio del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), Diego Morales, destacó que las condenas contra Sala han sido denunciadas ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por violaciones al debido proceso.

Morales afirmó que el actual gobernador de Jujuy, Carlos Sadir, “sigue insistiendo con el hostigamiento y la persecución” de Sala, mientras que los fiscales de allí exigen a la dirigente que regrese y cumpla su condena en la cárcel “sin tener en cuenta su situación de salud ni su deterioro psíquico y físico”. 

De acuerdo con los organismos de DD.HH., Sala es objeto de hostigamiento a pesar de su estado de salud. Desde su detención arbitraria, ha enfrentado violencia institucional y mediática, además de sufrir la pérdida de su esposo Raúl Noro y su hijo Sergio.

En ese sentido, el texto resalta que “en la Provincia de Jujuy, en la cárcel del Alto Comedero, pero también en hospitales y en su propio domicilio, fue objeto de agresiones permanentes, de traslados efectuados con violencia institucional y violencia mediática, hechos que están denunciados y que volveremos a advertir ante cualquier intento de retornarla a la provincia”. 

Asimismo, muchos de sus compañeros de la Tupac Amaru también han sido encarcelados bajo acusaciones que los organismos califican de persecución política.

“Milagro ha sido encarcelada y es todavía perseguida porque representa la lucha de un pueblo humilde que recuperó su dignidad en las obras de vivienda social, en la construcción de barrios enteros, en la promoción de los más oprimidos de la sociedad por su clase, su género y su etnia”, sentencia un comunicado firmado por varias organizaciones, entre ellas Madres de Plaza de Mayo.

De acuerdo con colectivos argentinos, la organización barrial Tupac Amaru, fundada y liderada por Sala, desarrolló en Jujuy un total de 600 comedores populares, 16 escuelas, 23 instituciones polideportivas, 13 centros de salud, dos centros de rehabilitación, 8.500 viviendas y 26 fábricas que dieron empleo a 4.500 personas, en su mayoría madres que son jefas de familia.

Todo ello sin fines de lucro, una realización popular, de las comunidades organizadas, que la oligarquía argentina y el modelo neoliberal no pueden tolerar.

Milagro Sala lleva 9 años privada de libertad, un año más que la pena mínima para homicidio simple, de acuerdo con el Código Penal argentino.

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