Yoon Suk-yeol también es investigado por la oficina anticorrupción, la Policía y el Ministerio de Defensa por un supuesto delito de insurrección por su declaración de la ley marcial.

El presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, no asistió este martes a la primera audiencia del juicio ante el Tribunal Constitucional sobre su destitución por haber impuesto a inicios de diciembre pasado una ley marcial.

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La primera audiencia del proceso judicial para determinar si la destitución de Yoon es o no definitiva concluyó apenas cuatro minutos de haber iniciado, debido a la ausencia del acusado.

El Tribunal Constitucional tiene previsto celebrar una nueva audiencia el 16 de enero, a la que también está citado el presidente Yoon, pero el órgano jurídico tiene la potestad para seguir adelante con el procedimiento judicial sin la presencia del acusado.

El máximo tribunal cuenta con 180 días desde el 14 de diciembre, cuando recibió el caso, para decidir si el presidente vulneró la Constitución al imponer la ley marcial.

Además de la audiencia del día 16, el tribunal fijó otras sesiones para los días 21 y 23 de este mes y para el 4 de febrero. También cuenta con la opción de cambiar de fecha de alguna vista en caso de la no comparecencia de Yoon Suk-yeol.

Los abogados del presidente surcoreano ya habían indicado el pasado domingo que Yoon no tenía previsto asistir a la primera audiencia debido a la inquietud sobre su «seguridad personal», tras el intento fallido de detención del mandatario a comienzos de mes.

En paralelo al juicio del Constitucional, que dictaminará la validez de la destitución de Yoon por el Parlamento del país asiático el pasado 14 de diciembre, el presidente también es investigado por la oficina anticorrupción, la Policía y el Ministerio de Defensa por un supuesto delito de insurrección ligado a su declaración de la ley marcial.

El presidente Yoon Suk-yeol ha rechazado ofrecer su cooperación con las autoridades en esta segunda investigación, por lo que la oficina anticorrupción obtuvo una orden judicial para arrestarlo temporalmente.

El 3 de diciembre, el mandatario sumió al país en su peor crisis política en décadas al suspender el orden civil y enviar al ejército al parlamento para intentar evitar infructuosamente que los diputados revocaran la medida.

Desde esa fecha Yoon Suk-yeol se encuentra atrincherado en su residencia de la capital surcoreana, haciendo caso omiso de las citaciones de interrogatorio y usando su guardia presidencial para evitar el arresto por parte de los investigadores que lo acusan de insurrección.

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