En las negociaciones no participan representantes de Hamás, en protesta por el asesinato por parte de Israel de su principal negociador.

Los equipos de los mediadores provenientes de Estados Unidos, Qatar y Egipto y una delegación israelí dieron continuidad este viernes en Doha a las negociaciones para un acuerdo de alto al fuego en Gaza, sobre las cuales Washington dijo que ha tenido un «comienzo prometedor».

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La noticia llega cuando ya el número de palestinos asesinados en la escalada sionista contra Gaza ha superado los 40.000.

Un acuerdo se considera clave para evitar que el conflicto, que dura ya diez meses, se convierta en una guerra regional total en la que participen Irán y otros países y organizaciones, pero las expectativas de un avance son escasas.

El portavoz de la Casa Blanca, John Kirby, declaró que «queda mucho trabajo por hacer» para resolver las lagunas en la aplicación del acuerdo marco.

Hamás ha dicho que por ahora no participará en las negociaciones indirectas de Doha, aunque se dice que los mediadores están transmitiendo mensajes a los funcionarios del grupo con sede allí.

También ha pedido una hoja de ruta basada en una propuesta esbozada por el Presidente estadounidense Joe Biden y ha acusado al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de añadir nuevas condiciones, lo que este ha negado.

Los mediadores se enfrentan a una serie de posibles puntos conflictivos, como el control del territorio a lo largo de la frontera de Gaza con Egipto y el retorno de los civiles palestinos desplazados al norte de Gaza.

Las conversaciones se suspendieron después de que Ismail Haniyeh, líder político y principal negociador de Hamás, fuera asesinado en Teherán a finales de julio a manos de Israel. Irán ha prometido tomar represalias contra Tel Aviv, que no ha confirmado ni desmentido su implicación, lo que hace temer una escalada mayor.

La primera fase del acuerdo propuesto por el presidente estadounidense Biden a finales de mayo incluiría un «alto el fuego total y completo» de seis semanas de duración, la retirada de las fuerzas israelíes de todas las zonas pobladas de Gaza y el intercambio de algunos de los rehenes -incluidas mujeres, ancianos y enfermos o heridos- por prisioneros palestinos secuestrados en cárceles de Israel.

La segunda fase implicaría la liberación de todos los demás rehenes vivos y el «cese permanente de las hostilidades». En la tercera, se pondría en marcha un importante plan de reconstrucción de Gaza y se devolverían los restos mortales de los rehenes.

El Ministerio de Sanidad de Gaza declaró el jueves que al menos 40.005 personas habían muerto en el territorio desde entonces, cifra que el jefe de derechos humanos de la ONU describió como un «hito sombrío para el mundo».

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