La primera manifestación tuvo lugar en la rotonda del aeropuerto de Lárnaca, donde los manifestantes se congregaron para recibir a Herzog con su contundente mensaje.

La visita del presidente de «Israel», Isaac Herzog, a Chipre se vio empañada por una ola de indignación popular, con dos grandes manifestaciones organizadas por el Consejo por la Paz de Chipre que expresaron un rotundo rechazo a su presencia en la isla.

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Las protestas reflejaron la creciente condena internacional a las acciones militares israelíes y sus prácticas genocidas contra el pueblo palestino.

A través de un comunicado, el Consejo de Paz calificó la visita de provocativa, afirmando que «al mismo tiempo que el ejército israelí está asesinando a decenas de miles de civiles, mujeres, niños y ancianos en Palestina y el Líbano, el presidente de Israel no puede ser bienvenido». en Chipre». También afirmó que «la visita del presidente israelí constituye un enorme desafío para el pueblo chipriota, que libra su propia batalla contra la ocupación, pero también para los pueblos que luchan por la paz y la justicia».

El Consejo, concluye, «envía un mensaje rotundo de que el genocidio contra el pueblo palestino y las hostilidades cometidas por el Estado asesino de Israel deben terminar» .

La primera manifestación tuvo lugar en la rotonda del aeropuerto de Lárnaca, donde los manifestantes se congregaron para recibir a Herzog con su contundente mensaje. La segunda y más numerosa protesta se desarrolló frente a la entrada del palacio presidencial en Nicosia, donde cientos de personas se reunieron para dejar clara su oposición a la visita del mandatario israelí.

Las movilizaciones contaron con la participación de diversas organizaciones, incluyendo el Consejo de Ciudadanos Rusos, el Movimiento Internacional de Amigos de Rusia en Chipre, y la Asociación de Amistad Chipre-Rusia, evidenciando la solidaridad internacional con el pueblo palestino y el repudio a la política expansionista y agresora de Israel.

Los participantes expresaron su total rechazo a las prácticas militares y los actos de genocidio perpetrados por «Tel Aviv» contra la población palestina, denunciando la brutalidad con la que opera el ejército israelí. Además, condenaron enérgicamente las agresiones israelíes a otros países vecinos, que han causado decenas de miles de muertes en Gaza y Líbano, señalando a «Israel» como una fuerza desestabilizadora en la región.

Los manifestantes destacaron que la visita de Herzog, en el contexto de los continuos actos de violencia de su «estado», constituye una afrenta directa al pueblo chipriota, un pueblo que, por experiencia propia, conoce el sufrimiento de vivir bajo una ocupación. La solidaridad con el pueblo palestino fue un tema central en las protestas, remarcando la similitud de sus luchas contra la opresión.

Con consignas y pancartas, los participantes exigieron el cese inmediato de las operaciones militares sionistas y el asesinato masivo de civiles. Señalaron que estas acciones no solo representan una catástrofe humanitaria, sino también una grave amenaza para la paz y la estabilidad en la región, y una violación flagrante del derecho internacional.

El presidente israelí visitó Chipre con el objetivo de reunirse con su homólogo Nikos Christodoulides. Durante su encuentro los mandatarios abordaron temas de interés del Estado sionista, por ejemplo el retorno de los israelíes tomados como rehenes por Hamás el 7 de octubre.

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