Qué significa el regreso de Trump en la reconfiguración del poder en Estados Unidos
Donald Trump llega a la presidencia asegurando que evitará una tercera guerra mundial y con la promesa de reponer a Estados Unidos como potencia hegemónica a nivel mundial. Foto: EFE
20 de enero de 2025 Hora: 09:51
El 20 de enero marca el inicio de un nuevo ciclo político en Estados Unidos y el retorno de Donald Trump, lo cual plantea un escenario inédito que podría introducir importantes cambios el mapa geopolítico actual.
A partir de los antecedentes del presidente reelecto, sus promesas de campaña y el actual contexto global pueden leerse las implicancias del nuevo mandato a partir de tres elementos clave, según detalla el periodista Diego Sequera del medio de análisis Misión Verdad.
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Para el analista, el retorno de Trump al poder simboliza el colapso del consenso liberal que marcó la política global desde la posguerra, consolidando un cambio sistémico impulsado por preocupaciones sociales como la migración y la inflación.
Según Sequera, este nuevo ciclo político, respaldado por una sólida mayoría republicana, expone tensiones internas entre élites tradicionales y emergentes, mientras redefine el papel de Estados Unidos en un sistema internacional en transformación, con un enfoque hacia el aislacionismo y el debilitamiento de la globalización y las instituciones multilaterales.
El colapso del consenso liberal
El artículo antes mencionado señala que regreso de Trump no puede considerarse un accidente en la historia política de Estados Unidos. Por el contrario, representa un movimiento tectónico que consolida el colapso del consenso liberal que definió el orden político y económico desde la posguerra.
Esta transformación, que ya daba señales de su inminencia con eventos como la retirada de Afganistán, la crisis ucraniana y el desmoronamiento del orden basado en reglas internacionales, ha sido catalizada por una impugnación electoral masiva de una población preocupada por problemas concretos como la migración, la inflación y los salarios estancados.
La elección de Trump no solo asegura un mandato incuestionable, respaldado por una mayoría republicana en ambas cámaras y en los gobiernos estatales, sino también legitima un cambio sistémico. Esta nueva etapa también expone las tensiones entre el rechazo generalizado al catecismo hiperliberal —caracterizado por agendas hiperidentitarias— y la fractura del sistema de gobernanza global.
En este contexto, las palabras de John Gray, citadas por Sequera, adquieren un peso significativo: «El mercado irrestricto es celebrado como un motor de innovación, pero este debe operar en una economía protegida de la competición extranjera».
Este híbrido ideológico, que mezcla aislacionismo con intervencionismo y fundamentalismo cristiano con tecno-futurismo, refleja la complejidad y el carácter contradictorio de la nueva etapa.
Una nueva configuración del poder
La llegada de Trump al poder también pone de manifiesto una reconfiguración interna de las élites en Estados Unidos. Como menciona Sequera, la «sobreproducción de élites» y la competencia interna han generado una brecha cada vez mayor entre la sociedad y la política formal. Esta dinámica, según el historiador Peter Turchin, está alimentando un proceso de reemplazo entre la élite tradicional y una contraélite emergente.
En este nuevo esquema, el partido republicano también ha experimentado transformaciones significativas. Bajo el liderazgo de Trump, el nacionalismo MAGA («Make America Great Again») convive con figuras emblemáticas del tecno-capitalismo, como Elon Musk, lo que ha generado una coalición diversa y en ocasiones contradictoria. Esta peculiar combinación refleja las tensiones y complejidades de un sistema en proceso de redefinición.
Por otro lado, el partido demócrata enfrenta un momento de declive. La administración Biden-Harris, considerada por algunos como un intento de mantener el status quo del orden liberal, parece haber alcanzado su límite. Esto se refleja en la disminución de la afiliación sindical, partidaria e incluso religiosa, lo que contribuye a una creciente alienación entre la sociedad y las instituciones tradicionales.
Imperialismo de capa caída
El efecto de estos cambios no se limita a las fronteras estadounidenses. Como destaca Sequera, el fin del consenso liberal también tiene repercusiones en el sistema internacional. La globalización, tal como se entendía hasta hace poco, está siendo reemplazada por una serie de medidas económicas punitivas, un renovado énfasis en las políticas industriales y un debilitamiento de las instituciones multilaterales.
Este contexto plantea interrogantes sobre el futuro de las relaciones internacionales y el papel de Estados Unidos en un mundo multipolar.
Los recientes planteos de Trump sobre Canadá, Panamá, Groenlandia, la guerra de aranceles, México, Asia occidental y, por sobre todas las cosas, la República Popular China, señalan un intento del líder republicano de reponer el estatus de potencia hegemónica a Estados Unidos.
Sin embargo, la “situación revolucionaria desde arriba”, como la denomina Sequera, sugiere que el sistema internacional está entrando en una etapa de redefinición, impulsada por la competencia entre oligarquías y la emergencia de nuevas élites que buscan redibujar los contornos del poder.
La diferencia que propone Donald Trump desde la perspectiva del analista es el giro desde una «visión unívoca de la condición excepcional, infalible y en excelente estado de sus cosas» del establishment tradicional estadounidense a una visión emergente que no solo lo antagoniza sino que asume la competencia con China como el motor de un prometido reimpulso bajo la hipótesis del «imperio bajo amenaza».
Autor: Nicolás Hernández - teleSUR
Fuente: Misión Verdad