En su discurso de toma de posesión, el mandatario recalcó que Georgia es una nación histórica y que los georgianos crearon el país y la eterna idea de «patria», la cual el pueblo protege y defiende constantemente.

Con absoluto descontento por parte de Estados Unidos, que ya está preparando escenarios posibles, todos igual de injerencistas, para intentar revertir los resultados de las elecciones en Georgia, este domingo tomó posesión como presidente de dicha nación el ciudadano de 53 años, Mikheil Kavelashvili. Pero, ¿quién asumió el Ejecutivo georgiano?

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Nuevo presidente de Georgia toma posesión de su cargo

Nacido en 1971 en la ciudad de Bolnisi (sur de Georgia), Kavelashvili proviene del partido Poder Popular, fundado en 2022 como escisión de Sueño Georgiano y con una notable vocación contraria a los designios de Occidente respecto a la región y a la república exsoviética en particular.

En 1989 emergió de las categorías inferiores del Dinamo Tblisi como una joven promesa del fútbol, y tuvo una exitosa carrera como delantero de su equipo local antes de fichar para el Spartak Vladikavkaz ruso en 1995.

El delantero de la Premier League para el Manchester City a mediados de los años 1990, y que jugó en varios equipos de la Superliga suiza antes de su retirada en 2006, entró en la política como diputado del parlamento por Sueño Georgiano en el año 2016, antes de salirse para cofundar el Partido Popular.

En el contexto de las profundas divisiones internas reactivadas en 2008 tras el inicio de un conflicto entre Georgia y Rusia, Kavelashvili se dio a conocer por sus declaraciones antioccidente como líder del partido Poder Popular.

Precisamente, el exjugador de fútbol ha criticado en múltiples ocasiones que la inteligencia de Estados Unidos pretende llevar a Georgia a una innecesaria guerra con Rusia, con quien desean mantener buenas relaciones.

Según señala Izvestia, el periódico británico The Guardian lo ha llamado “crítico prorruso y de línea dura de Occidente”, lo cual viene a ser un elogio en un país donde Washington y sus países aliados han financiado las protestas ocurridas tras las elecciones parlamentarias del 26 de octubre, las cuales pretendieron inaugurar un «Maidán georgiano» al estilo del ocurrido en Ucrania en el año 2013, como parte de su estrategia para socavar aún más la estabilidad en la región.

Único candidato en la boleta, el 14 de diciembre fue designado presidente por el Parlamento georgiano, con 224 votos a favor, de los 300 miembros del colegio electoral.

De acuerdo con su primer discurso como mandatario, centrará su gobierno en disminuir la división política financiada y promovida desde Occidente, sobre la base del respeto a las opiniones de todos: “Georgia se enfrenta a una polarización artificial de la sociedad impuesta desde el exterior”.

Apuntó que sus esfuerzos serán dirigidos a consolidar la unión de la sociedad georgiana: «Aprecio a todos los ciudadanos de Georgia, independientemente de sus opiniones políticas. Seré el presidente de todos», expresó.

«El pueblo georgiano siempre ha sabido bien que la paz es la principal garantía de supervivencia y desarrollo«, dijo, y recordó que la paz históricamente ha sido un estado anhelado por «los georgianos agotados por las guerras». Llamó además a no tomar decisiones basadas en las emociones, sino a partir de la «cuidadosa reflexión».

Occidente y su política de la democracia que sirva a sus intereses: ¿A qué se enfrenta el nuevo mandatario?

Desde el mes de julio del presente, el servicio de inteligencia rusa ha alertado sobre los planes de Washington para lograr un cambio de poder en Georgia. La potencia occidental impuso sanciones contra funcionarios del gobierno saliente, a fin de influir en la voluntad de los votantes.

Por demás, a inicios de la semana de elecciones, el Secretario de Estado Antony Blinken anunció nuevas sanciones contra el fundador del partido Sueño Georgiano, Bidzina Ivanishvili, por supuestamente “socavar el futuro democrático y euroatlántico de Georgia en beneficio de la Federación Rusa”.

Desde Moscú advirtieron además que la inteligencia norteamericana ya estaba dando órdenes a la oposición para hacer coincidir protestas nacionales con las elecciones y la toma de posesión.

Para comprobar el escenario que enfrentará el mandatario basta saber que hoy mismo, Alemania ha suspendido la realización de los proyectos de apoyo a Georgia por 200 millones de euros y debate con sus socios de la Unión Europea la imposición de saciones a la nación del Mar Negro, las cuales pueden incluir anulación del libre visado para las autoridades georgianas y sanciones individuales, según comunicó la canciller alemana, Annalena Baerbock.

Otro que ha mostrado el lado de quienes apoyan los planes de Occidente es el mandatario polaco, Andrzej Duda, quien expresó que la única salida a la crisis en Georgia es la celebración de nuevas elecciones, y respaldó a la exmandataria georgiana, Salomé Zurabishvili.

Recientemente, la Comisión Europea (CE) propuso al Consejo del organismo restablecer el régimen de visados para titulares de pasaportes oficiales y diplomáticos de Georgia, según informaron en un comunicado.

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