Los manifestantes, en un acto de unidad, mostraron que no están dispuestos a aceptar estas políticas sin luchar. Agentes policiales con equipamiento antimotines reprimieron a los movilizados.

Miles de personas se congregaron este domingo en el centro de Los Ángeles, EE.UU. para expresar su rechazo a las políticas de deportación implementadas por el presidente estadounidense Donald Trump.

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La manifestación se convirtió en un espacio donde se dejó claro el descontento hacia las acciones del Gobierno.

Los manifestantes, con banderas de México y El Salvador, bloquearon importantes arterias como las calles Spring y Temple.

Llamados como “¡mi mamá no es una criminal por querer una mejor vida!” y “dejen de separar familias, ningún ser humano es ilegal” se hicieron eco en el ambiente, reflejando el sentir de quienes se oponen a las políticas migratorias del país.

Desde su regreso a la Casa Blanca, Trump adoptó una serie de medidas que intensificaron la deportación de migrantes irregulares, con antecedentes penales o sin ellos.

La activación del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) ha generado temor y angustia en las comunidades inmigrantes, que se sienten vulnerables ante estas acciones.

Los manifestantes, en un acto de unidad, mostraron que no están dispuestos a aceptar estas políticas sin luchar. Su presencia en las calles es un recordatorio de las familias que enfrentan la posibilidad de separación y un llamado a la solidaridad entre las comunidades latinas.

El evento también sirvió como una manifestación de la rica cultura latina, con música, bailes y vestimenta tradicional que resaltaron la identidad de los migrantes. Este aspecto cultural fue una parte integral de la protesta, convirtiéndola en una celebración de la resiliencia frente a la adversidad.

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