El Gobierno del presidente colombiano Gustavo Petro enfrenta una tormenta política tras varias renuncias, entre ellas la del ministro de Cultura y del jefe del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre). Además, un llamado público del expresidente Ernesto Samper para que todo el gabinete presente sus dimisiones eleva las tensiones, las cuales quedaron expuestas en una reunión televisada del gabinete el pasado martes. A estas se sumaron las duras críticas del excanciller Álvaro Leyva hacia la gestión de Petro y su equipo.

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Juan David Correa, ministro de las Culturas, las Artes y los Saberes anunció su salida irrevocable en una carta pública dirigida a Petro. Destacó avances como el Plan Quinquenal de Cultura, la reforma a la Ley General de Cultura y proyectos emblemáticos como la formación artística en colegios públicos y la recuperación del Galeón San José.

«Le reitero públicamente mi gratitud por la invitación a trabajar en el primer gobierno progresista de Colombia», escribió Correa, sin mencionar motivos directos de su renuncia. Su salida se produce en medio de rumores de ajustes en el gabinete tras polémicas internas.

Esta renuncia se unió a la de Jorge Rojas, jefe del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre), quien calificó la transmisión televisiva como un error: “Fue audaz, pero equivocada. Le dije al presidente que podía salirle el tiro por la culata”.

Horas después, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, propuso una renuncia colectiva del gabinete para permitir a Petro “reorientar la administración”, criticando el uso de la sesión para revisar un informe ya analizado: “Los enfrentamientos públicos no son la forma institucional de resolver diferencias”.

Por su parte, el excanciller Álvaro Leyva, destituido en marzo por presuntas irregularidades en la expedición de pasaportes, publicó un duro comunicado acusando a Petro de perder el «horizonte ético» y denunciando un «estado de descomposición». Sin filtros, cuestionó a la nueva canciller (Laura Sarabria), de quien dijo que «carece de las condiciones íntimas personales… y de los conocimientos necesarios y autoridad intrínseca para representar al país, y para ser atendida con seriedad en el exterior».

Leyva, quien afirmó no tener comunicación con Petro «desde hace meses», concluyó con una advertencia: «¿Será el anticipo de algo más de fondo para lo cual los colombianos nos debemos preparar?».

También el expresidente Ernesto Samper (1994-1998) sigirió una dimisión masiva de ministros para permitir a Petro reorganizar su equipo. En un hilo de la red social X argumentó que la crisis actual no es de gobernabilidad, sino de «coherencia y solidaridad del gabinete».

«El camino para superarla sería una renuncia colectiva… dejando al presidente en libertad para hacer los ajustes que considere», propuso Samper, señalando al actual ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, como encargado de gestionar el proceso.

El detonante de esta ola de críticas fue una tensa reunión del gabinete transmitida en vivo la noche del 4 de febrero, donde Petro reprendió a varios ministros por supuesta falta de coordinación. Durante el encuentro, el mandatario señaló a funcionarios por no alinear sus acciones con la agenda gubernamental.

El hecho, calificado por Leyva como «cruel telerrealidad», expuso fracturas internas en un gobierno que prometió unidad progresista pero enfrenta desgaste por reformas estancadas, escándalos y choques entre aliados.

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