Según Egipto, la intransigencia del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, continúa siendo un obstáculo para alcanzar una tregua.

El alto dirigente del movimiento palestino Hamás, Khalil al-Hayya, acusó el jueves al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de dilatar deliberadamente las negociaciones sobre el alto el fuego, e instó a Estados Unidos y a la comunidad internacional a ejercer más presión sobre Israel.

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Al-Hayya, quien ha estado al frente de la delegación del grupo militante en las conversaciones de alto el fuego, reiteró la postura del grupo de que no considerará ninguna propuesta de acuerdo que no implique la retirada total de las fuerzas israelíes de la Franja de Gaza y, en particular, del corredor Filadelfia, una zona clave a lo largo de la frontera de Gaza con Egipto.

Y es que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha insistido en las últimas semanas en que Israel mantendrá fuerzas en el corredor, alegando que es necesario para detener el contrabando de armas.

Esta condición no se incluyó en versiones anteriores de la propuesta de alto el fuego antes de la actual ronda de conversaciones.

Egipto, que junto con Estados Unidos y Qatar está mediando en las conversaciones, también se ha opuesto firmemente a que Israel mantenga una presencia militar en la frontera.

Al-Hayya afirmó que Hamás «no permitirá ningún acuerdo que legitime la presencia israelí en cualquier parte de Gaza o que no garantice los derechos de nuestro pueblo».

«Rechazamos volver al punto de partida o quedar atrapados en un círculo vicioso que sirva a los objetivos de Netanyahu», afirmó.

Todo ello se ha revelado luego de trascender que la intransigencia del jefe de Gobierno israelí continúa siendo un obstáculo para alcanzar una tregua entre Israel y el grupo palestino Hamás, según medios locales de Egipto.

«La intransigencia de Netanyahu sigue siendo un obstáculo para cualquier esfuerzo de tregua y paz», indicaron esos medios, que abundaron en el sentido de decir que «el continuo fracaso militar y político israelí empuja al gobierno de Netanyahu a una mayor intransigencia y frustra los esfuerzos de los mediadores por encubrir su fracaso».

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