El canciller británico, Ray Collins, revalidó que «Reino Unido dejó clara su posición a Ruanda y actuará pronto».

En medio de la situación humanitaria que sacude al este de la República Democrática del Congo (RDC) debido a los conflictos armados que tienen lugar en esa nación, «Reino Unido aplicará sanciones a Ruanda debido a su participación en los conflictos en la República Democrática del Congo (RDC)», ratificó el ministro británico de Asuntos Exteriores, Ray Collins, a medios británicos.

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Asimismo, tras una sesión del Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Ginebra, el canciller británico revalidó que «Reino Unido dejó clara su posición a Ruanda y actuará pronto».

Por otra parte, el Gobierno de Kigali (capital ruandesa) está bajo presiones internacionales debido a su respaldo al grupo terrorista M23 y, aunque rechaza las denuncias, sostiene que sus tropas actúan «en defensa propia contra grupos hostiles con base en el Congo».

De igual forma, EE.UU. aplicó sanciones al general James Kabarebe, firme aliado del presidente de Ruanda, Paul Kagame, acusado de desempeñar el papel de «intermediario entre el Gobierno y el M23».

Un representante del Gobierno del Reino Unido afirmó que las recientes incursiones de los grupos terroristas y del Ejército de Ruanda en el este de la RDC representan una «una violación inaceptable» de la soberanía y la integridad territorial de este país.

Añadió que «el ministro de Asuntos Exteriores (David Lammy) se reunió con el presidente (de la RDC, Félix) Tshisekedi en Kinshasa y con el presidente (ruandés, Paul) Kagame en Kigali los días 21 y 22 de febrero”, subrayó la fuente.

El portavoz agregó que Lammy declaró que no existe una solución militar al conflicto y que se requiere un cese inmediato de las hostilidades. Además, confirmó que el Canciller británico exhortó a ambos líderes a involucrarse de «manera significativa y de buena fe» en los procesos de paz con el fin de encontrar una solución política perdurable.

La ofensiva del referido grupo armado, señalado por crímenes de guerra y de lesa humanidad, ha aumentado las tensiones entre la RDC y Ruanda. El Gobierno congoleño acusa a Kigali de respaldar al M23, algo que la ONU ha confirmado. A su vez, Ruanda y el M23 acusan al Ejercito congoleño de colaborar con las Fuerzas Democráticas para la liberación de Ruanda (FDLR), grupo fundado por exiliados hutus a quienes Ruanda acusa de querer recuperar el poder en su país.

La RDC es uno de los países africanos más ricos en recursos naturales: posee el 74% de cobalto del mundo y el 80% de todo el coltán, esenciales para fabricar dispositivos electrónicos, aparatos móviles y ordenadores portátiles. También tiene grandes reservas de cobre, diamantes y uranio.

A pesar de la riqueza mineral del país, la mayoría de sus ciudadanos viven en la pobreza, por la mala gestión de los recursos, la corrupción y un sector extractivo débil. Meses atrás, el Gobierno de Ruanda firmó con la Unión Europea un acuerdo para suministrar al bloque comunitario minerales estratégicos. Expertos coinciden en que esos recursos no se hallan en el subsuelo ruandés y que este país los obtiene de manera ilegal de su vecina RDC.

La violencia en el este del Congo ha provocado más de 6.5 millones de desplazados internos.

Ruanda captó la atención en el Reino Unido tras la aprobación del anterior Gobierno británico de un polémico plan para trasladar a ese país a inmigrantes sin documentos para gestionar allí sus peticiones de asilo. Sin embargo, ese plan fue anulado por el actual Ejecutivo laborista.

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