Las agencias de inteligencia de Estados Unidos y de Gran Bretaña planean atentados terroristas contra bases militares de Rusia en Siria, y para ello contarán con el grupo terrorista Daesh, quienes ya habrían recibido drones de ataques.

El Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia afirmó este sábado que tiene información sobre planes terroristas de los servicios especiales estadounidenses y británicos contra instalaciones militares rusas en Siria tras el derrocamiento del gobierno de Bashar al-Assad por una coalición de grupos terroristas liderados por Hayat Tahir al-Sham, quien quedó en el poder del gobierno.

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“Los servicios de inteligencia británicos están tramando una serie de atentados terroristas contra instalaciones militares rusas en Siria. Los planes buscan reclutar a terroristas takfiris del Daesh, que las nuevas autoridades de Damasco han liberado tras la caída de Asad”, dijo el organismo en un comunicado.

De forma paralela a los ataques, las nuevas autoridades en Siria serían acusadas de incapacidad para controlar a los elementos más radicales del gobierno, con el fin de legitimar los ataques, señaló la inteligencia rusa.

«En estas condiciones, Washington y Londres creen que pueden conseguir más rápido sus propios objetivos geopolíticos —el dominio prolongado en la región con su odioso concepto del orden basado en reglas— pero se ven obstaculizados por la presencia militar de Rusia en la costa mediterránea de Siria que hasta ahora representa un factor significativo de la estabilidad regional», consignó.

La inteligencia rusa afirma que la administración saliente del presidente Joe Biden y el actual gobierno británico pretenden impedir cualquier estabilidad o estado de seguridad en Siria y en la región: «En un sentido más amplio, persiguen el objetivo de mantener un estado de caos» en Asia occidental, manifestó el comunicado.

De acuerdo con Rusia, los ejecutores de los ataques serán los terroristas del autodenominado Estado Islámico, o Daesh, los cuales fueron liberados de las cárceles por el nuevo gobierno sirio y quienes además recibieron acceso ilimitado a los arsenales del anterior Ejército sirio.

En ese sentido, los mandos militares de Washington y Londres ordenarán a sus fuerzas áreas continuar los bombardeos a posiciones terroristas con previa antelación a los mismos, para así ocultar su implicación en las incursiones y los ataques.

Esta denuncia del servicio de inteligencia rusa prueba que Estados Unidos no solo mantendrá su colaboración con los terroristas del Estado Islámico que han protagonizado brutales ejecuciones a civiles, sino que por controlar el crudo de los sirios es capaz de someter a toda una región al constante desplazamiento, a las guerras proxys, y al extremismo que públicamente critica, pero tras bambalinas instrumentaliza a su disposición.

Precisamente este país no entregará a las autoridades sirias las amplias zonas petroleras al este del río Éufrates, en el noreste del país, con las cuales ha ganado millones de dólares comercializando el crudo sirio, mientras evadía las sanciones impuestas por su propio gobierno. Aunque cabría pensar si «devolver» es un verbo aplicable a complots donde Washington contará con el soborno a cualquier grupo extremista.

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