Las investigaciones preliminares indican que la decisión de cambiar de destino, las condiciones climáticas adversas y el impacto con aves fueron factores determinantes en la tragedia.

El jefe de la Agencia Federal de Transporte Aéreo de Rusia (Rosaviatsia), Dmitri Yadrov, dio a conocer este viernes nuevos detalles sobre el accidente de aviación ocurrido el 25 de diciembre en la ciudad kazaja de Aktau, y expresó que el aparato Embraer de la empresa Azerbaiyán Airlines no pudo aterrizar en su destino, la ciudad rusa de Grozny, pues en ese momento esta urbe se hallaba bajo ataque de drones ucranianos.

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Yadrov precisó que drones de ataque ucranianos ejecutaban un ataque a infraestructuras civiles en las ciudades de Grozni y Vladikavkaz mientras la aeronave intentaba aterrizar.

Señaló que esa amenaza obligó a activar el plan de seguridad ‘Kovior’ (alfombra), implementado para proteger la infraestructura civil de ataques terroristas ucranianos, debido a lo cual la aeronave tuvo que desviarse a la pista seleccionada por el piloto, en Aktau.

«En ese momento, drones de combate ucranianos lanzaban ataques terroristas contra la infraestructura civil en las ciudades de Grozni y Vladikavkaz. Por lo tanto, en la zona del aeropuerto de Grozni se introdujo el plan ‘Kovior’ (alfombra), que prevé una inmediata retirada de todas las aeronaves del espacio indicado», explicó.

Amplió que, además de la amenaza de ataques, el aeropuerto de Grozni estaba cubierto por una densa niebla que reducía la visibilidad a menos de 500 metros, lo que dificultó las maniobras de aterrizaje.

Luego de dos intentos fallidos, el piloto optó por desviar el vuelo al aeropuerto de Aktau, en Kazajistán.

Según medios de prensa, la aeronave de Azerbaiyán Airlines se siniestró durante el desvío, después de colisionar con un grupo de aves, dejando un saldo de 38 muertos y 29 heridos.

A bordo del avión iban 67 personas, incluidos cinco miembros de la tripulación y 62 pasajeros: 16 rusos, entre ellos una niña de 11 años; 37 ciudadanos de Azerbaiyán; seis de Kazajistán y tres de Kirguistán.

A juicio del jefe de Rosaviatsia, en torno al accidente del aparato «existen muchas circunstancias diferentes que deben investigarse conjuntamente».

«Estamos totalmente dispuestos a trabajar en colaboración con nuestros colegas», ratificó Yadrov, quien agregó que la parte rusa informó inmediatamente a sus colegas en Kazajistán y Azerbaiyán «de su plena y completa disposición a cooperar en la investigación de esta tragedia».

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