La creciente inestabilidad en la región de Oriente Medio se ve alimentada por la expansión ilegal de Israel en los territorios del Golán en Siria y Líbano.

El representante permanente de Rusia ante la ONU, Vasily Nebenzia, denunció el martes que las recientes agresiones israelíes en Siria y Líbano son parte de una estrategia destinada a socavar aún más la región.

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Según Nebenzia, la expansión continua de Israel en los territorios ocupados del Golán sirio y Palestina, aunado al encarcelamiento ilegal de ciudadanos, agravan la ya tensa situación regional y desafían las normas internacionales.

Estas afirmaciones se producen después de que el diario israelí Haaretz publicara imágenes satelitales que evidencian los preparativos militares israelíes en la frontera con Siria, lo que incrementa las preocupaciones sobre una posible escalada del conflicto. El funcionario señaló la constante violación de derechos humanos y la política expansionista del gobierno sionista, lo que son elementos clave en la persistente crisis en Oriente Medio.

Un informe reciente reveló que el ejército israelí ha establecido al menos siete bases militares en la región desmilitarizada y que extendió su presencia desde el monte Hermón, hasta Tel Kodna, cerca del triángulo fronterizo entre los territorios ocupados de Palestina, Siria y Jordania.

La negativa de Israel por permitir el retorno de los desplazados a sus hogares en Líbano y las constantes provocaciones, como el sobrevuelo de aviones militares israelíes durante el funeral del líder de Hezbolá, Sayyed Hassan Nasrallah, aumentan el desequilibrio y vulnerabilidad en el territorio.

Estos actos reflejan una política agresiva que desafía constantemente las resoluciones internacionales y exacerba los conflictos en una zona ya marcada por la injusticia y el sufrimiento.

Mientras tanto, en Líbano, la ocupación israelí ha persistido en su violación del acuerdo de alto al fuego, sin dejar de llevar a cabo constantes bombardeos contra localidades fronterizas en el sur y la región de la Bekaa. En el último bombardeo registrado, dos ciudadanos libaneses fueron asesinados y otros dos resultaron heridos en un ataque aéreo contra la zona montañosa oriental.

Esta escalada de violencia demuestra la continua agresión militar genocida y de apartheid en territorios ajenos, sin que la comunidad internacional logre frenar los abusos contra la soberanía y los derechos de los pueblos de la región.

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