De acuerdo con la nueva legislación, serán consideradas «agente extranjero», aquellas personas que colaboren en la implementación de decisiones de organizaciones internacionales en las que Rusia no participa, mientras estas atenten contra la seguridad de Rusia, colaboren con autoridades extranjeras que adopten decisiones de la misma índole y recopilen información sobre las actividades de las tropas rusas.

Los ciudadanos rusos considerados como «agentes extranjeros» tendrán prohibido trabajar en educación, medios de comunicación estatales y recibir financiación municipal, en tanto, las organizaciones sin fines de lucro designadas como tal, serán excluidas del registro de entidades sociales.

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La nomativa establece una pena de hasta cinco años de prisión y una multa de 500.000 rublos, traducidos en 6.127.40 dólares estadounidenses, para quienes hagan llamados a imponer o ampliar sanciones contra Rusia «por motivos egoístas». En tanto, aquellos que «desacrediten» al ejército o colaboren con organizaciones internacionales no reconocidas por Rusia enfrentarán hasta siete años de cárcel.

También eleva hasta 20 el número de delitos por los que se pueden celebrar juicios en rebeldía contra personas fuera de Rusia, algo solo aplicado hasta el momento en casos graves.

Con esto, las autoridades judiciales podrán convocar juicios de este tipo por «destrucción o daños a lugares de enterramiento y monumentos militares, rehabilitación del nazismo, difusión de informaciones falsas, descrédito de las Fuerzas Armadas y llamamientos a la violación de la integridad territorial del país euroasiático.

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