Sammy Ayala, el mejor Güiro de Maelo

Sammy se volvió todo un maestro en el güiro y además de su voz, su disposición y su carisma, aportó un inolvidable gritico en las grabaciones de Cortijo. Fue un excelente cultor de la Bomba y la Plena, la música soberana de su país.
8 de abril de 2025 Hora: 09:55
Tal vez pocos sepan, por el nombre, quién fue Sammy Ayala, la inmensa bisagra de la Bomba y la Plena de Puerto Rico para unirse al Caribe en pleno llevando él no solo musicalidad, sino incondicional amistad, y borinqueñidad. De lecciones se trata.
Más que evocar a Rafael Cortijo, que lo evocamos, el pensamiento vuela hacia Ismael Rivera. Viramos el dicho para pronunciar “Ellos se crían y Dios los junta”. Esa junta de Cortijo, Maelo y el Sammy siempre fue un canto profundo a la lealtad, a la amistad surgida en casas de tablas, y al olor del pueblo que siempre representaron con absoluta dignidad, que no va a venir el episodio de Las Tumbas a manchar a Maelo, ni a la música, aunque dejara huellas de dolor y tiempo perdido.
Quítate de la vía Perico
El Sammy
Carlos Samuel Ayala Román nació el 17 de febrero de 1933 en Santurce, allá, en San Juan de Puerto Rico. Quedó huérfano de su padre, Carlos Ayala, casi recién nacido, al mes de edad. En ese momento su padre apenas contaba con 23 años de edad. Fueron su mamá, Leonor y su hermana Rita las encargadas de darle crianza y rumbo. Como usualmente pasa, Sammy se lanzó a la calle para aportar en lo que pudiera pues había que ayudar a aquellas dos mujeres en el hogar. Comenzó entonces a trabajar en una cristalería.
Refiere el comunicador colombiano Jaime Jaramillo que Sammy se aumentó un año de edad cuando tenía 17 para enrolarse en el ejército. Así, en 1951 estaba en la guerra de Corea. Cuando retornó, tres años después, como sabía inglés un amigo, Gilberto Cortijo lo recomendó a su primo Rafael Cortijo, por aquello de que había muchos gringos en San Juan. ¡Quién lo diría!


Sammy se volvió todo un maestro en el güiro y además de su voz, su disposición y su carisma, aportó un inolvidable gritico en las grabaciones de Cortijo. Fue un excelente cultor de la Bomba y la Plena, la música soberana de su país.
Cuando comenzó la etapa de grabaciones y salidas al exterior fue cuando el Caribe en pleno se dio cuenta de la magnitud de lo que significaba el Combo de Rafael Cortijo. “Irreverentes los hombres de Cortijo, el ejército de diez de Cortijo, la artillería cantada de Maelo, que rompió moldes, esquemas, métricas, patrones, cánones y todo lo rígido que en música uno pueda imaginar. Lo de Cortijo y su Combo no fue moda. Lo de Ismael Rivera no fue estudio de grabación. Nada en ellos fue pacotilla. Y otro detalle, Jamás descuidaron el baile, la razón de la vida, la soltura del alma, el respiro de la dominación…las ganas de ser: El Caribe”.
Maquinolandera.
Se codearon con lo mejor de los músicos de entonces, dentro y fuera de Borinquen. Bobby Capó no sólo los había llevado al mundo del disco sino a la presentación en grande, en momentos duros de discriminación racial. Siempre salieron triunfantes. Jaramillo refiere que Sammy le contó que estaba presente cuando Benny Moré bautizó a Maelo “Sonero Mayor” en Puerto Rico, como también evocó su gran amistad con Arsenio Rodríguez y con Daniel Santos. Sammy cultivó la fraternidad con muchos músicos, no dejaba que la circunstancia marcara la huella. Así fue con Noro Morales, así fue con muchos de la Sonora Matancera, con las luminarias con las que alternaba el Combo.
El dolor
El 21 de marzo de 1962, retornando el Combo de Cortijo desde Panamá a Puerto Rico después de alzarse con el Momo de Oro en Caracas, comenzó el dolor. Ismael Rivera era detenido por portar marihuana. “La cosa, sin embargo, no estuvo en el decomiso y detención sino en la espectacularidad de la misma.
Un Maelo maltratado, tratado con saña, humillado en su condición de ser humano y boricua fue lo que mostraron los medios de comunicación. Ismael Rivera pasó entonces a ser “mal ejemplo” para la juventud, un negro malo, un “drogómano”, un vicioso y un alborotado. No contaban ni su arte ni su popularidad. El Combo completo fue vejado. No les perdonaron nada, porque la idea era precisamente cobrarles la irreverencia”.

La penitencia fue de cinco años, aunque solo se cumplieron 3 años y medio. La humillación llegó a los términos del paseo: cinco cárceles sirvieron de residencia circunstancial a Maelo, según nos refiriera en alguna oportunidad Tite Curet Alonso, a quien Bobby Capó mantenía informado porque el Bobby estaba en Estados Unidos y auxiliaba de todas las formas posibles a Ismael Rivera. Fue en “Las Tumbas” donde la depresión de Maelo llegó al máximo.
El negro bembón.
Con ese contexto el pianista del Combo, Rafal Ithier convocó a una reunión de los músicos en la casa de Roberto Roena para plantear la formación de otro grupo: El Gran Combo. Entre quienes se rehusaron a unirse a Ithier estuvieron el mismo Roberto Roena, Mario Cora, quien era la segunda trompeta y Sammy Ayala quien le manifestó a Ithier que le unían fuertes plazos de amistad y compadrazgo con Cortijo y Maelo y dijo: “si yo comí carne y hueso cuando todo estaba bien, yo los acompañaré ahora porque son mis amigos y compadres”.
Cosas de la vida, fue Sammy quien descubrió el talento de Andy Montañéz para el mundo al recomendarlo directamente a Ithier para que armara vocalmente su combo.
Siempre cerca
Cautivo Maelo, Sammy se mantuvo siempre muy cerca de Cortijo, y esperó por el Ciudadano de la Calle Calma. Lo vio en libertad, volvieron a estar juntos y solo después Sammy se marchó a Nueva York a incursionar en la marina mercante. Además él quería cantar boleros. Contó Sammy que el día que embarcó a trabajar se encontró en el barco nada menos que a Marcelino Guerra y a Luís ‘lija’ Ortíz (el tremendo acompañante que tuvo Panchito Riset).
Fueron dos años viajando. Al retorno, y después de varias incursiones en otros grupos, claro, “Dios los cría y…” se reunió con su compadre Maelo en Los Cachimbos. (1972-1978). Como siempre decía el Sammy: “para tocar montuno no hace falta papel”.
Sammy Ayala con Los Cachimbos.
Sammy regresó a Puerto Rico, siguió la vida, siguió en la música. Formó el grupo Bombazzo (de Bomba) y estaba trabajando con su orquesta, llamada “Otra vez” cuando entró en la etapa final de su existencia física. Ciertamente fue músico hasta el final.
“Siempre estuve, no marginado, pero sí como soldado de fila, fiel a la causa que tuviese de frente. Sin embargo, soñaba que pudiera distinguirme como solista y director de orquesta. Tuve muchos intentos y muchas experiencias, unas buenas y otras desagradables, pero nunca me di por vencido”, declaró dos semanas antes de su muerte.
Sammy Ayala falleció el miércoles 21 de noviembre de 2012 cuando contaba con 79 años de edad. Batalló duramente contra un cáncer, pero esa batalla al final la perdió.
Al momento de su deceso estaban con él su hijo Luís, músico integrante de “Los hijos de la salsa” y su nieta mayor.
Los restos del Sammy fueron expuestos en Santurce. Al día siguiente fueron paseados por Trastalleres para luego, ser trasladados por una multitud a pie al cementerio de Villa Palmeras donde descansan sus compadres Rafael Cortijo e Ismael Rivera…
Ellos se juntan…
Autor: teleSUR - Lil Rodríguez