Un caos de seguridad se ha apoderado de Siria tras la caída del gobierno de Bashar al-Assad. En este contexto, los sirios están escépticos sobre la capacitad de Abu Muhammad Jolani para controlar a los elementos más extremistas del grupo terrorista Hayat Tahrir al-Sham (HTS), en el poder desde el 8 de diciembre,

Sirios de la secta alauita salieron a protestar en las ciudades de Damasco, Alepo, Latakia, Jableh y Tartous después que se difundiera en redes sociales el vídeo de un presunto ataque terrorista contra el mausoleo del fundador de la secta alauí (Abu Abdullah Al-Hussein Al-Khasibi). El vídeo muestra a hombres armados desconocidos irrumpiendo en el santuario en la zona de Maysalun, ciudad de Alepo.

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De acuerdo con las imágenes, los extremistas ultimaron a cinco trabajadores del lugar, mutilaron sus cuerpos y posteriormente destrozaron el santuario y le prendieron fuego.

Más tarde, las mismas plataformas donde circularon las imágenes indicaron que estas eran antiguas y reflejan los asaltos e incendios de algunos templos por parte de facciones armadas en la ciudad de Alepo en los días previos a la caída del gobierno.

No obstante, de acuerdo con Al Mayadeen, el director de la plataforma Verify, Ahmed Primo, confirmó la autenticidad del vídeo aunque no pudo señalar la fecha en que fue filmado.

???????? El gobierno de transición afirma que las imágenes del ataque al mausoleo alauita no son de hoy y tampoco de Homs sino que corresponde a los días de la captura de Alepo a finales de noviembre. Las imágenes han provocado protestas en varias ciudades. https://t.co/RsyLBmpQX4

— Descifrando la Guerra (@descifraguerra) December 25, 2024

De acuerdo con un corresponsal de teleSUR en Siria, se trata de vídeos no recientes publicados por sectores extremistas cuya intención es provocar choques entre los alauitas y los sunnitas, a fin de generar un crimen de guerra sectaria.

Ante la circulación de las imágenes, el descontento popular presente entre los habitantes de dichas ciudades aumentó y los ciudadanos se manifestaron para exigir al jefe de la nueva administración nacional que identifique y procese a los atacantes del santuario, así como convocaron a otras manifestaciones.

Los participantes en manifestaciones en Jableh corearon «alauitas, sunitas, queremos la paz», según testimonio de Ali Daoud. En Latakia, por su parte, denunciaron las violaciones contra los integrantes de la secta, según reseña la agencia EFE.

Para dispersar a los manifestantes, los extremistas en el poder dispararon contra estos, dando lugar a muertos y heridos, si bien no se ha especificado una cifra oficial. Los terroristas en el poder impusieron un toque de queda en las ciudades de Homs y Jableh.

Recientemente, el Ministro de Información del autoproclamado gobierno sirio dijo que «hay manos ocultas que buscan provocar conflictos y serán tratadas con firmeza para garantizar la estabilidad».

Señaló que Siria ha vivido «con la diversidad de sus sectas» y en la actualidad es más poderosa y está lista para una consolidación de la paz y el amor.

El ministro aseguró que su gobierno tiene el compromiso de proteger y preservar todos los sitios religiosos e históricos, de cualquier religión, ante cualquier posible ataque.

A propósito del vídeo en circulación indicó que muestra la quema de un santuario religioso en Alepo, y afirmó que no se han registrado incidentes como ese desde el 8 de diciembre, por lo que sus declaraciones no colaboran con la calma de los alauitas ofendidos por las imágenes.

Huelga resaltar que los alauitas son una rama del Islam minoritaria en el país, y su población en su mayoría es sunita. Estos han vivido en paz con el resto de ramas musulmanas que habitan la nación durante la última década.

En medio de los extremismos que escapan al control del líder del autoproclamado Gobierno de salvación sirio, si este realmente se ha propuesto —como ha dicho— mantener la paz y ponderar las libertades de una nación multiconfesional y multiétnica, tiene el reto de impedir que los sectores interesados en una guerra civil no desaten enfrentamientos entre las distintas sectas.

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