En 2023, 289 trabajadores humanitarios perdieron la vida en 33 países, lo que lo convirtió en el año más mortífero, según la oficina de la ONU.

La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de las Organización Naciones Unidas (ONU), informó que el año 2023 registró un récord de trabajadores humanitarios muertos en conflictos en todo el mundo; de ellos, más de la mitad tras la agresión de Israel a la Franja de Gaza.

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El director y representante de la OCHA en Ginebra, Ramesh Rajasingham, detalló que “el año pasado, 289 trabajadores humanitarios perdieron la vida en 33 países, lo que lo convirtió en el año más mortífero registrado para toda la comunidad humanitaria mundial”.

Asimismo, añadió que este valor equivale a más del doble de la cantidad del año 2022, cuando se registraron 118 y el doble de muertes que se contabilizan en el promedio anual de los últimos 20 años.

La OCHA manifestó que 2024 “puede estar en camino de un resultado aún más mortífero”, cuando se registran 172 trabajadores humanitarios martirizados hasta el 7 de agosto.

En Gaza, al menos 289 trabajadores humanitarios perdieron la vida, principalmente por ataques de la aviación de Israel.

“Niveles extremos de violencia en Sudán y Sudán del Sur también han colaborado al alza de los muertos», según la agencia.

“En Sudán y en muchos otros lugares, los trabajadores humanitarios son atacados, asesinados, heridos y secuestrados. Exigimos que se ponga fin a la impunidad para que los perpetradores se enfrenten a la justicia”, aseveró.

Leni Kinzli, portavoz del Programa Mundial de Alimentos en Sudán, aseguró que hay combates activos en áreas donde la gente requiere mayor ayuda.

“Hay ataques aéreos, bombardeos, bombardeos, en lugares como Jartum y Al-Fasher, la capital de Darfur del Norte. Esa es la amenaza a la seguridad física”, alegó Leni Kinzli.

“Pero luego, a lo largo de las carreteras por donde tendríamos que transportar alimentos, hay tantos puestos de control, tantos actores diferentes, actores armados involucrados, en diferentes líneas de conflicto”, subrayó el portavoz del programa.

Por su parte, la jefa humanitaria interina de la ONU, Joyce Msuya, dijo que “la normalización de la violencia contra los trabajadores humanitarios y la falta de rendición de cuentas son inaceptables”.

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