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  • Los colombianos abogan por la continuidad de los diálogos tras la suspensión unilateral decidida por el presidente Santos. (Foto: Reuters)
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    Los colombianos abogan por la continuidad de los diálogos tras la suspensión unilateral decidida por el presidente Santos. (Foto: Reuters)

Desde noviembre de 2012 Colombia vive un momento histórico. El gobierno colombiano y las FARC-EP iniciaron negociaciones para terminar el conflicto armado.

El Gobierno de Colombia y las FARC-EP han alcanzado importantes avances en las negociaciones durante los últimos tres años con acuerdos sustanciales en los puntos de la agenda: Política de desarrollo agrario integral, Participación política, Solución al problema de las drogas ilícitas, Fin del conflicto, Víctimas e Implementación, verificación y refrendación.

Inicio

Santos anunció en octubre de 2012 que los diálogos comenzarían en Oslo, Noruega, para discutir cinco puntos: el problema de la tierra, el abandono de las armas, la entrada de los rebeldes desmovilizados en la vida política, la solución de la problemática del narcotráfico y la reparación a las víctimas del conflicto.

Cronología de los Diálogos de Paz

Aunque se formalizaron en Oslo, las conversaciones se mudaron a La Habana, Cuba, un mes después, con el objetivo de desarrollar la agenda y pocos días después,  la segunda guerrilla de Colombia, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) anunció su disposición de dialogar con el Gobierno.

Acuerdos

Las partes ya firmaron acuerdos parciales y avances en los puntos referentes al Desarrollo agrario integral (mayo de 2013), Participación en política (noviembre de 2013), Drogas ilícitas (mayo de 2014), Fin del conflicto, acuerdo parcial en los temas de Víctimas e Implementación, verificación y refrendación (Ene-Nov 2015)

Tres años de diálogo, muchos logros

Mecanismos de participación, Víctimas y Justicia y temas relativos al campo destacan entre las decenas de páginas de acuerdos entre el Gobierno colombiano y las (FARC-EP) y que están subdivididos en múltiples subtemas tales como:

1 Cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo.

2. Dejación de las armas. Reincorporación de las FARC-EP a la vida civil - en lo económico, lo social y lo político -, de acuerdo con sus intereses.

3. Coordinación del Gobierno Nacional en la revisión de la situación de las personas privadas de la libertad, procesadas o condenadas, por pertenecer o colaborar con las FARC-EP.

4. Intensificación al combate para acabar con las organizaciones criminales y sus redes de apoyo, incluyendo la lucha contra la corrupción y la impunidad, en particular contra cualquier organización responsable de homicidios y masacres o que atente contra defensores de derechos humanos, movimientos sociales o movimientos políticos.

5. Igualmente el Gobierno Nacional revisará y hará las reformas y los ajustes institucionales necesarios para hacer frente a los retos de la construcción de la paz.

6. Garantías de seguridad.

7. Programas de sustitución de cultivos de uso ilícito. Planes integrales de desarrollo con participación de las comunidades en el diseño, ejecución y evaluación de los programas de sustitución y recuperación ambiental de las áreas afectadas por dichos cultivos.

8. Programas de prevención del consumo y salud pública.

9. Solución del fenómeno de producción y comercialización de narcóticos.

10.Derechos y garantías para el ejercicio de la Oposición política en general, y en particular para los nuevos movimientos que surjan luego de la firma del Acuerdo Final. Acceso a medios de comunicación.

11. Mecanismos democráticos de participación ciudadana, incluidos los de participación directa, en los diferentes niveles y diversos temas. 

13. Medidas efectivas para promover mayor participación en la política nacional, regional y local de todos los sectores, incluyendo la población más vulnerable, en igualdad de condiciones y con garantías de seguridad.

Hay logros que se destacan en los tres años que lleva el proceso de paz en La Habana y es la demanda y respaldo general del pueblo colombiano de que se llegue a un acuerdo y que termine el conflicto. 

En 2014, el Senado de Colombia dio un esperado debate sobre el fenómeno de paramilitarismo, que había generado mucha expectativa en el país debido a que el senador Iván Cepeda demostraría con pruebas los vínculos del expresidente Álvaro Uribe con los llamados 'paracos' pero éste se retiró "momentáneamente" del recinto y afirmó que iría a la Corte Suprema de Justicia para entregar pruebas de acciones "difamatorias".

Suspensión de diálogos tras desaparición de General colombiano

Santos anunció en noviembre de ese mismo año la suspensión de los diálogos hasta tanto no se aclarara el caso del general colombiano Rubén Darío Alzate, quien fue retenido en una zona selvática del departamento del Chocó (oeste) por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

No obstante, la Delegación de Paz de las FARC-EP manifestó su sorpresa por la suspensión puesto que “con constancia Santos reitera que lo que ocurra en el territorio colombiano no tiene por qué afectar la Mesa”.

Asimismo, agregaron que seguirían en La Habana trabajando por la paz y dispuestos a continuar las conversaciones, atendiendo a lo convenido en el Acuerdo General de La Habana, donde se establece que las “conversaciones serán directas e ininterrumpidas”, esperando que este impasse fuera resuelto lo más pronto posible para que el proceso siguiera avanzando sin sobresaltos hacia el acuerdo final.

Los colombianos reaccionaron de inmediato para respaldar la continuidad del proceso de paz y posicionaron en la red social Twitter la etiqueta #TreguaYA y terminar la confrontación interna de más de 50 años, con saldo de seis millones de víctimas, entre ellas casi 230 mil muertos.

En las últimas semanas se ha debatido intensamente sobre los mecanismos de refrendación de los acuerdos entre Gobierno y guerrilla. Las FARC han criticado la forma unilateral como el Gobierno Santos ha manejado el asunto pues a su juicio se aleja de lo acordado en la mesa de La Habana.

Santos ha insistitido en un plebicito ante lo cual las FARC-EP han manifestado que “Se pretende aplicar sin considerar el parecer del adversario en armas, a la manera que se atiende un parto con force. Un Plebiscito encontraría todo lo que buscan, pero sin capacidad jurídica de alcanzar lo que se propone porque su naturaleza lo impide”, señalo el jefe negociador Iván Márquez.

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