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    En Profundidad

    Este problema se suma a otros que también enfrenta el planeta, como la desertificación, deforestación, explotación de recursos energéticos y más que se relacionan con la reducción de la biodiversidad.

Científicos han manifestado que muchas poblaciones de peces se podrían recuperar con una buena gestión y la aplicación efectiva de las leyes que regulan las capturas.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) advirtió en su momento que el 90 por ciento de las “especies comerciales están al máximo de la explotación, sobreexplotadas o colapsadas”.

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Con el incremento de la sobrepesca en los océanos, especialistas y organizaciones han alertado que esta actividad está causando importantes daños entre la fauna marina.

De acuerdo con el grupo de conservación Worl Wildlife Fund, un ejemplo de esto es el caso del bacalao, ya que de continuar pescándolo a las tasas actuales, es probable que desaparezca pronto.

El biólogo Eric Sala aseveró, citado por National Geographic, que el 75 por ciento de las pesquerías son blanco de pesca excesiva. “Si nada cambia, todas las pesquerías colapsarán para 2050”, dijo.

El reto se debe a que las principales reservas marinas de pescado en el mundo están en peligro, bajo la amenaza de la sobrepesca y la degradación ambiental.

Amenaza a la biodiversidad

Este problema se suma a otros que también enfrenta el planeta, como la desertificación, deforestación, explotación de recursos energéticos y más que se relacionan con la reducción de la biodiversidad.

Aunque la pesca es importante para la seguridad alimentaria de millones de personas en el mundo, pues uno de cada cinco depende del pescado como fuente primaria de proteínas; la pesca excesiva constituye la mayor amenaza a la vida marina.

Esta actividad puede perjudicar seriamente a los arrecifes, ya que pueden hacer que sean más susceptibles de terminar devastados por fenómenos meteorológicos extremos y el cambio climático.

Otro ejemplo es la pesca de arrastre, ya que captura casi todo a su paso, incluyendo en algunos casos tortugas marinas, tiburones y otros animales, especies que son atrapadas accidentalmente, lo que amenaza aún más su existencia.

En la región del Atlántico Norte, las poblaciones de peces, como el bacalao, merluza, abadejo y platija, ya han disminuido hasta en un 95 por ciento. Por ello, algunos sectores han sugerido adoptar medidas como la prohibición total de la pesca para que las especies se regeneren.

Informes de la FAO han advertido que la pesca ilegal, sin registro ni regulación, va en aumento, evadiendo las leyes creadas en lugares para hacer frente al agotamiento de las reservas de los peces.

Medidas para reducir el impacto

En junio pasado, la Organización Mundial del Comercio (OMC) llegó a un acuerdo para frenar las subvenciones perjudiciales que afectan a la pesca, consideradas como “aquellas que financian prácticas que de otro modo no serían rentables”, según National Geographic.

“El Acuerdo sobre Subvenciones a la Pesca de la OMC, adoptado en la Duodécima Conferencia Ministerial (CM12) el 17 de junio de 2022, representa un importante avance para la sostenibilidad de los océanos en la medida en que prohíbe las subvenciones a la pesca perjudiciales, que son un factor clave en el agotamiento generalizado de las poblaciones de peces en el mundo”, preció la OMC.

Este acuerdo prohíbe las subvenciones a buques y operadores que realizan la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada, así como a la financiación que respalda la explotación poblaciones que ya están sobreexplotadas.

La directora general de la OMC, Ngozi Okonjo-Iweala, ya había advertido en 2021 que si no se establecía un acuerdo sobre este tema, “pondría en peligro la biodiversidad de los océanos y la sostenibilidad de las poblaciones de peces de las que tantas personas dependen para obtener alimentos e ingresos".

Científicos han manifestado que muchas poblaciones de peces se podrían recuperar con una buena gestión y la aplicación efectiva de las leyes que regulan las capturas.

A esto también se debe sumar que todos los sectores de la sociedad se involucren para acabar con la amenaza, con iniciativas y políticas gubernamentales que se implementen a gran escala, opinó el biólogo Sala.


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