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    Creía que el talento radicaba en el trabajo y no en la imaginación y siempre estuvo seguro de que el futuro sería de los artistas.

La vena artística familiar surgió espontáneamente y desde los 7 años de edad, junto a su hermana Aída, ya cantaba y actuaba en papeles infantiles en teatros parisinos.

Apenas retornaba Charles Aznavour a París luego de una triunfal gira por Japón, y estaba preparando la próxima presentación que sería en Bruselas. No pudo ser. A los 93 años lo que llegó fue la inmortalidad y una leyenda que, como la Canción Francesa, no se cansará de vivir. Nació hace 97 años, el 22 de mayo de 1924.

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Siempre fue comediante, tenía en su ADN ese particular y exclusivo linaje de la calle como escenario del espectáculo y el canto. Además, supo sacar fortaleza de algunas “debilidades”: no era bien agraciado, no tenía mucha estatura, no tenía padrinos… pero sabía interpretar el sentimiento popular, el drama íntimo, la nostalgia y ese mirarse al espejo solo, para dialogar con el alma que es el sentimiento.

Nació en París el 22 de mayo de 1924. Sus padres eran armenios y regentaban un restauran en la capital de Francia. Su nombre de bautismo fue Shahnourh Varinag Aznavourián Baghdasarian.

La vena artística familiar surgió espontáneamente y desde los 7 años de edad, junto a su hermana Aída, ya cantaba y actuaba en papeles infantiles en teatros parisinos. También incursionaba en el cine.

Con

A los 17 años de edad, Charles Aznavour comenzó a componer, a escribir. Se unió a Pierre Roche, un pianista y también compositor con el que conformó un dúo que llegó a ser visto por Edith Piaf, quien se convirtió en ángel tutelar, llevándolos a alguna gira que los dio a conocer un poco más.

Separado de Roche el panorama no parecía pintar bien para Aznavour, pues aparte de su poca estatura y todo lo demás, tenía una voz que sonaba extraña. Aún así logró presentarse hacia 1955 en el Olympia y el Moulin- Rouge. Comenzaría a ser tomado en serio.

¿De dónde provino ese encanto que comenzó a deslumbrar al mundo y que se abrió paso contra todas las adversidades?

La canción francesa

Es bien conocido que la canción en Francia es consentida dentro de las artes. Desde el siglo IX se conocen canciones en francés, y aquellas canciones medievales para todo, para bailar, para beber, para amar, para quejarse, para hacer política, entre otros.

Comenzó siendo culta, pero enseguida los trovadores, los troveros la vincularon a la danza poniéndola de paso al alcance del pueblo. El primer gran monopolio de los tiempos modernos estuvo vinculado a la música.

Adrian Le Roy fue el único editor autorizado para divulgar canciones en Francia hasta 1788 pues intuían que la música podía ser 'peligrosa'. Gracias a Le Roy se ha podido reconstruir año por año la historia de la canción en Francia.

Foto: Cortesía

Para 1731 había 'cuevas' y poco después las sociedades de cantantes. Francia entra al siglo XX con los café concerts y para 1930 comienza a recibir la influencia americana primero con el Jazz y décadas más tarde con el rock (inglés y americano). Sin embargo un sector de la canción francesa se mantuvo fiel a su identidad y a sus características letras poéticas.

El cine, la radio, los discos, la televisión cambiarían mucho el panorama, pero hasta en la etapa del pop la canción francesa siguió siendo fiel a su historia. La canción francesa es muy melódica, el ritmo es apenas perceptible, es casi espiritual, lenta, suave. Las letras se adaptan a la estructura del idioma y por eso la versificación es fácil y adaptable a lo melódico.

Otro detalle en la canción francesa es que sus ídolos duran mucho, tanto, que a los jóvenes les cuesta llegar.

También es relevante el aspecto de lo colectivo. Proporcionalmente son pocos los grupos, y mucho menos los grupos netamente franceses. Hay numerosos grupos y Bandas para la vida nocturna pero cantan en inglés o con estilo gringo.

La vigencia de esa canción francesa queda evidenciada en la casi inmortalidad de temas como La Mamma, La Internacional de Pierre Degeyter, La Marsellesa, La Carmagnole, La Vida en Rosa, Lo importante es la Rosa, El Extranjero, y hasta Mambrú. Esa música no parece pertenecer a ninguna clase social pues la canta con amor todo francés. 

Foto: Cortesía

Conviene destacar que el concepto de cantante estuvo siempre muy vinculado al teatro, a la actuación. Ejemplos hay muy buenos: Maurice Chevalier, Josephine Baker, Sacha Distel, Ives Montad, Georges Brassens, Jacques Brel (nacido en Bélgica) y Georges Moustaki, considerado el extranjero más famoso de la canción francesa, pues había nacido en Egipto, pero se hizo ciudadano francés en 1985.

Había llegado a París en 1951 y cuatro años más tarde se desató su vena de compositor. Muchos temas entonados por Edith Piaf eran de la autoría de Moustaki.

En ese contexto tan particular se gestó y desarrolló todo el arte interpretativo y creador de Charles Aznavour. Enarbolando sus temas, que reflejaban mucho de su cotidianidad, y de la cotidianidad individual del pueblo francés, Aznavour conquistó a la audiencia de Estados Unidos y de América. En realidad conquistó a la audiencia de todo el mundo, mundo que recorrió varias veces con notable éxito.

Muchos consideraron un error que cantara en otros idiomas que no fuera el francés porque verdaderamente era intimista, pero ¿de qué otra manera se podía acercar a públicos que no hablaban ese idioma?

Y por tanto

Hizo carrera cinematográfica y se le reconoció como un actor de talento. Recuérdese de qué familia provenía. Entre sus participaciones cinematográficas están “Disparen sobre el pianista”, “La prueba de valor”, “El tambor de hojalata”, “La montaña mágica” y “Ararat”.

La última etapa

En 2002 lo encontramos grabando a dúo con Compay Segundo el tema “Morir de amor” para un álbum del legendario cubano. Años más tarde sería Aznavour quien haría su álbum de dúos; allí le regaló al mundo su voz cantando con Liza Minelli, Elton John, Plácido Domingo, Sting, Laura Pausini y, gracias a la tecnología, con Edith Piaf, su gran amiga y aliada con la cual cantó tantas veces sin que quedaran registros discográficos.

Participó también en un álbum grabado junto a Chucho Valdés en Cuba, país donde era muy querido.

En alguna oportunidad se quejó de que no se apreciara tanto su faceta de compositor. “Se me escucha, pero no se me lee”, dijo en una entrevista en España. Contrajo matrimonio en tres oportunidades y dejó seis hijos (uno ya fallecido).

Creía que el talento radicaba en el trabajo y no en la imaginación y siempre estuvo seguro de que el futuro sería de los artistas.

La Bohemia

En Armenia, la tierra de sus padres, hay estatuas y hasta un museo dedicado a él. Sus padres habían huido del genocidio de 1915 y su idea era llegar a Estados Unidos, pero la vida los llevó a París, donde nació Charles hace 97 años, el 22 de mayo de 1924.

Junto a la vida, nació para el arte, para la vivencia cantada, para la nostalgia, para la gratitud del mundo, para la paz, para el amor…

Algunos temas:

La Mamma
Buen aniversario (Bon anniversaire)
Con (Avec)
La Bohemia (La Bohéme)
Isabel (Isabelle)
Venecia sin ti (Que C'est triste Venice)
Y por tanto (Et pourtant)
Quién (Qui)
Debes saber ( Il Faut Savoir)
Se acabó (C'est Fini)


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