La economía de R. Dominicana entre la pandemia y las elecciones

Este domingo 5 de julio 7,5 millones de dominicanos están convocados a las urnas para elegir el sucesor de Danilo Medina, en unos comicios pospuestos dos meses por los efectos de la pandemia de la Covid-19 en el país caribeño lo cual ha sumado presión a los temas a debate entre los candidatos presidenciales.

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La pandemia de la Covid-19 y el escenario económico

La economía dominicana es un tema de preocupación y debate en el momento actual por los efectos de la crisis sanitaria y la previsible crisis económica que le sucederá, así como por los cambios que puedan operarse por el nuevo gobierno que salga electo el domingo.

República Dominicana ha sido uno de los países que experimentó un fuerte crecimiento económico en los últimos 25 años, con un promedio del 5,3 por ciento anual entre 1993 y 2018, lo cual lo sitúa como una de las tasas más elevadas de la región de América Latina y el Caribe.

Entre 2014 y 2018, ese ritmo se aceleró a un promedio de 6,3 por ciento anual con un pico de 7 por ciento en 2018, impulsado por una «sólida demanda interna». Durante ese período de cinco años, fue la economía de más rápido crecimiento en América Latina y el Caribe; según datos del Banco Mundial.

Sin embargo, desde el mes de marzo de este año, el propio Banco Mundial alertó sobre las dificultades que supondría para un país como República Dominicana la pandemia de la Covid-19, en virtud de la alta dependencia de la economía dominicana del turismo internacional y las exportaciones.

De hecho, la economía dominicana, como dice Daniel Enrique Pou, profesor universitario y analista internacional, tiene «tres motores fundamentales»: el turismo internacional (que cada año recibe más de 6 millones de visitantes extranjeros); las remesas de los más de 2 millones de dominicanos que viven en el exterior y la capacidad de financiamiento internacional (a través de préstamos de instituciones financieras y la inversión extranjera).

Lo anterior significa que estos «motores», se «detuvieron» con la expansión global del nuevo coronavirus que cortó las cadenas de valor internacionales y, en el caso dominicano, paró en seco el turismo internacional (por el cierre de fronteras), disminuyó el flujo de remesas (porque los dominicanos en el exterior comenzaron a afrontar los mismos problemas de baja temporal en sus fuentes de ingreso) y detuvo las exportaciones.

Por otra parte, la crisis de la Covid-19, en criterio de Pou, también consultor del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, a lo interno del país ha impactado en el empleo tanto formal como informal, y agudiza las vulnerabilidades de una población que ya era vulnerable desde antes de la llegada de la pandemia.

De cara a las elecciones del 5 de julio

En las propuestas de los principales partidos políticos contendientes a los comicios de este domingo no está claro cuál de ellos será capaz de mantener la estabilidad macroeconómica lograda en el período anterior y superar la crisis que deja la Covid-19, la cual se convierte en herencia para el gobierno que tome posesión el 16 de agosto próximo.

En ese escenario, los resultados del enfrentamiento a la pandemia de la Covid-19  en República Dominicana, también ejercerán una influencia en la economía local, pues, como dice Enrique Pou, los ritmos de crecimiento de más de cuatro por ciento, durante más de 10 años han sido posible también, por la «confianza» internacional en el país; pero, en un contexto en el cual la nación caribeña acumula más de 35.000 contagiados y casi 800 fallecidos en una población de casi 11 millones, esta confianza puede entrar en crisis.

No obstante, el tema económico no ha estado en el centro de la discusión de los principales candidatos (Gonzalo Castillo, del Partido de la Liberación Dominicana; Luis Abinader, del Partido Revolucionario Moderno y el expresidente Leonel Fernández, de Fuerza del Pueblo) pues los temas principales de los debates han sido: el Estado de derecho, la transparencia, la seguridad y otros asuntos que producen mucha discusión como lo relacionado con las políticas de género, (el aborto entre ellas).

En opinión del también investigador internacional: «Lo económico no ha sido tomado muy en cuenta… el debate económico vendrá con el nuevo gobierno [porque] la falta de programa económico es un problema que siempre ha acompañado las campañas presidenciales en República Dominicana», de hecho, los propuestas de los tres primeros candidatos (tomados según las encuestas) son muy similares en este tema, con ligeras variaciones, por ejemplo, en el papel del sector público.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) no auguran para el país de cara al 2021 un panorama económico favorable.

Y la razón es que «las cifras son preocupantes»: los ingresos del Estado disminuirán un tercio, el presupuesto que fue aprobado en febrero, justo antes de la llegada de la pandemia, tendrá que ser recortado, y los más afectados serán, como suele suceder las familias en condiciones de mayor vulnerabilidad.

En los próximos meses habrá que ver cómo evoluciona, por ejemplo, el sector turístico, en medio de una situación mundial en que no se prevé una recuperación a corto plazo y en la cual el país no puede echar mano al mercado interno para sustituir los casi 6 millones de visitantes extranjeros que cada año llegan al país.

Es en estas condiciones y con estas perspectivas que los dominicanos acuden a las urnas este domingo 5 de julio para elegir el gobierno que los conduzca en el enfrentamiento de los efectos que deja la crisis sanitaria de la Covid-19 y la crisis económica que le sobrevendrá.