Uno de los objetivos de la huelga es denunciar las difíciles condiciones laborales que enfrentan los trabajadores del sector, como la exposición a vibraciones, ruido y agentes químicos, que afectan gravemente la salud de los conductores.

Los transportistas de España iniciaron este miércoles una huelga general para pedir mejoras laborales y la jubilación anticipada en el sector antes de los 60 años.

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El paro, liderado por la Confederación General del Trabajo (CGT) y respaldada por Comisiones Obreras (CCOO), afecta directamente a los autobuses urbanos, interurbanos y de transporte discrecional, y se escogió precisamente los días jueves y viernes por la cantidad de afluencia en las terminales de ese tipo de autobuses.

Los trabajadores del sector aseguraron que de no ser atendidas sus reivindicaciones el paro se reanudará en un primer momento para los días 5 y el 9 de diciembre próximo, y luego tendrá un carácter indefinido a partir del 23 de diciembre.

Dentro del arco sindical se evidencian algunas discrepancias porque tanto la Unión General de Trabajadores (UGT) como el Sindicato Libre de Transporte (SLT) se salieron de la convocatoria, pues según ellos, llegaron a un acuerdo con las patronales.

Sin embargo, desde comisiones obreras y desde la CGT aseguran que ese acuerdo no es suficiente porque no garantiza que se cumplan efectivamente los plazos y las reivindicaciones de los trabajadores.

Una fuente de la compañía Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) dio a conocer que en Barcelona sólo está circulando el 65% de los ómnibus.

En España, miles de viajeros y empresas se han visto afectados por los retrasos y cancelaciones tanto en el transporte de mercancías como de pasajeros.

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