El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, revocó el Memorando de Seguridad Nacional No. 20 (NSM-20), una directiva emitida por su predecesor, Joe Biden, que obligaba al Gobierno estadounidense a garantizar que las armas vendidas en el extranjero no se utilizaran en violación del derecho internacional humanitario. La medida, adoptada en febrero de 2024 por la administración Biden, buscaba establecer controles más estrictos sobre el uso de armamento estadounidense en conflictos internacionales.

El memorando fue impulsado por legisladores demócratas que exigían mayores garantías en la venta de armas, especialmente tras señalamientos de que equipos militares estadounidenses habían sido utilizados por el régimen de ocupación israelí en operaciones contra La Franja de Gaza, por lo que habían pedido a los países que recibían ayuda militar garantías «creíbles y fiables» de que respetarían los derechos humanos.

LEER TAMBIÉN

Protestas en Estados Unidos contra iniciativas del presidente Trump sobre la Franja de Gaza

La disposición también exigía compromisos por parte de los compradores de armamento para evitar ataques contra civiles y no restringir la ayuda humanitaria. Sin embargo, con la anulación de la NSM-20 por parte de Trump, estas salvaguardias han quedado sin efecto.

Ante la situación, el encargado de derechos humanos en el Departamento de Estado bajo el mandato de Joe Biden, Christopher Le Mon, consideró que: «Lo único que hace la administración Trump al eliminar la NSM-20 es enviar una señal a los socios de Estados Unidos de que a la administración simplemente no le importa la forma en que se utilizan las armas estadounidenses, por ilegal o inmoral que sea», ya que de no haberse anulado la circular, la administración Trump estaría obligado a informar en los próximos meses al Congreso su propia evaluación de la conducta del régimen sionista.

LEER TAMBIÉN

Resistencia palestina condena intenciones de Trump de «limpiar Gaza»

La anulación de la NSM-20 refleja un cambio en la política exterior de Estados Unidos, adoptando un enfoque más indulgente hacia el uso de la fuerza militar por parte de sus aliados. Críticos argumentan que esta medida debilita los estándares internacionales de derechos humanos y podría incentivar abusos en conflictos armados.

EN ESTA NOTA: