Trump a la sombra de Nuremberg: la narrativa que condena a los migrantes venezolanos

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El presidente estadounidense, Donald Trump, tachó este domingo de «monstruos» a los supuestos integrantes del Tren de Aragua trasladados a El Salvador para ser encarcelados y agradeció al mandatario de ese país, Nayib Bukele, el apoyo prestado. Foto: EFE


17 de marzo de 2025 Hora: 14:49

El presidente de Estados Unidos Donald Trump basó una nueva deportación masiva a una cárcel de máxima seguridad en El Salvador en la Ley de Enemigos Extranjeros, una norma comparable a las aplicadas por la Alemania nazi.

El domingo 16 de marzo el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, anunció la recepción desde Estados Unidos de 238 supuestos miembros de la organización criminal Tren de Aragua por pedido del presidente Donald Trump. A cambio, Washington pagará 6 millones de dólares.

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La deportación compulsiva se realiza bajo la Ley de Enemigos Extranjeros, una norma que no se utilizaba desde la Segunda Guerra Mundial. La ley es una ampliación de la autoridad en tiempos de guerra que permite deportar a no ciudadanos sin darles la oportunidad de comparecer ante un juez de inmigración o un tribunal federal.

Un paralelismo histórico trazarse con las Leyes de Nuremberg de 1935, que despojaron a los judíos, romaníes y otros grupos de su ciudadanía y derechos básicos en la Alemania nazi. 

Ambas leyes comparten un principio fundamental: la creación de una categoría de «enemigo» para justificar la persecución masiva. Mientras que las Leyes de Nuremberg se basaban en criterios raciales, la Ley de Enemigos Extranjeros se basa en criterios políticos y de seguridad nacional. 

Tren de Aragua

Donald Trump justificó la aplicación de la Ley de Enemigos Extranjeros con la identificación del grupo criminal “Tren de Aragua” como una fuerza invasora.

La ley fue creada en 1798 durante una tensión prebélica con Francia, fue utilizada durante la Segunda Guerra Mundial para justificar el encarcelamiento masivo de alemanes, italianos y japoneses durante el enfrentamiento bélico y se estima que 120.000 personas de ascendencia japonesa, incluidas aquellas con ciudadanía estadounidense, fueron encarceladas.

En esta oportunidad, el presidente estadounidense intenta equiparar mediante la utilización terminología militar su política antimigratoria. El Tren de Aragua «está perpetrando, intentando y amenazando con una invasión o incursión depredadora» contra territorio estadounidense expresó Trump el pasado sábado en el anuncio de la deportación.

Tras las declaraciones, el Centro Brennan, un organismo estadounidense independiente especializado en política y derecho, emitió un comunicado en el que denuncian que: “El presidente ha proclamado falsamente una invasión y una incursión depredadora para usar una ley redactada para tiempos de guerra y aplicarla en tiempos de paz”.

En la misma línea, el gobierno de Venezuela denunció que la decisión del jefe de Estado norteamericano no es más que una movida discursiva para criminalizar a los venezolanos en el exterior. Según señaló el presidente venezolano, Nicolás Maduro, la presencia del Tren de Aragua en EE.UU. es una “falsa narrativa” creada por la «ultraderecha» para justificar políticas migratorias represivas y destacó que la organización criminal que operó en Venezuela fue “combatida y acabada”.

«La migración venezolana es resultado de las sanciones, no de la delincuencia», subrayó el mandatario.

En la misma línea se manifestó la justicia federal estadounidense que emitió la orden de impedir la deportación de cualquier persona después del anuncio de Trump. Sin embargo, los abogados del Gobierno respondieron que los dos aviones que transportaban los migrantes ya estaban en el aire y el domingo llegaron a el CECOT de El Salvador.

CECOT 

La deportación de este fin de semana tuvo por destino el Centro de Reclusión del Terrorismo (CECOT), cárcel insignia de la violenta estrategia anticrimen de El Salvador. Se trata de una megaprisión donde no se permiten visitas, salidas al exterior ni educación. Organismos de DD.HH denuncian que al menos 261 personas murieron en cárceles salvadoreñas en los últimos años y denuncian múltiples casos de abuso, tortura y falta de atención médica.

Allí fue a parar el hermano de Sebastián García Casique. “Hoy escribo con el corazón arrugado destrozado en mil pedazos ya que mi hermano se encuentra en El Salvador deportado” publicó en su cuenta Facebook junto con imágenes de Francisco en su barbería. También dice que su familiar no tiene antecedentes penales y que se lo involucra con el Tren de Aragua “solo por sus tatuajes”.

Aarón Reichlin-Melinick, investigador principal del Consejo Americano de Inmigración señaló tras la deportación que las personas del vuelo enviado a El Salvador no tuvieron ninguna oportunidad de impugnar las pruebas del gobierno y que muchos dijeron que fueron falsamente acusados de pertenecer al Tren de Aragua. “Incluso los terroristas de Al Qaeda detenidos en Guantánamo tienen el debido proceso y deben ser juzgados bajo las leyes de los Estados Unidos”, sentencia en su cuenta X.

Guantánamo

El antecedente inmediato fue la deportación a Guantánamo de un contingente de venezolanos por integrar el grupo criminal “El Tren de Aragua”; sin embargo sólo una minoría contaba con antecedentes penales y abundan los testimonios de los repatriados que señalan que fueron capturados solo por su país de origen y sus tatuajes.

 «Mi hijo no es del Tren de Aragua» dice entre lágrimas la madre de Johan Bastidas en un video que difundió a través de las redes sociales. Bastidas permaneció 16 días en la base con grilletes en una pequeña celda sin ventanas y recibiendo raciones de comida mínimas. “Mi hijo nunca hizo nada, lo único malo que hizo es tener esos tatuajes. Mi hijo no es un criminal y se lo llevaron como si fuera los peores. Ayudenme, me estoy muriendo”, suplica la madre en el video. 

Ya liberado, Johan dijo que solo veía la luz del sol cada tres días durante una hora, que era el tiempo de recreo que se le permitía pasar en lo que describió como una “jaula”. Sin ningún tipo de antecedentes penales, Bastidas se entregó a las autoridades migratorias en el cruce fronterizo de El Paso, Texas, donde permaneció durante diez meses para luego ser enviado directamente al centro de reclusión estadounidense señalado como centro de tortura por múltiples organismos de derechos humanos a nivel mundial.

El Tren de la USAID

Nicolás Maduro señaló en su alocución del domingo que la organización criminal con la que cual Trump pretende justificar su accionar contra la población venezolana en territorio estadounidense en realidad debería llamarse el «Tren de la USAID». 

Según el jefe de Estado, esta «falsa narrativa» sobre la presencia del Tren de Aragua en EE.UU. fue creada por la “ultraderecha” venezolana para justificar políticas migratorias represivas. «Es una campaña para estigmatizar a una migración que fue válvula de escape ante las sanciones impuestas a nuestro país», afirmó. 

“Trump no tiene la más mínima duda sobre la amenaza que representa Maduro. ¿Alguien cree que Trump no sabe que Maduro es el cabecilla del Tren de Aragua?”, ha dicho María Corina Machado, la misma que prometió al presidente norteamericano que si llegase al poder garantizaría que los migrantes venezolanos deportados desde Estados Unidos “vengan esposados” por tratarse de criminales.

Autor: Nicolás Hernández - teleSUR

Fuente: teleSUR - @ReichlinMelnick - Enciclopedia del Holocausto - gencias