La madrugada de este miércoles, Ucrania lanzó un ataque con drones contra una instalación energética en la región de Krasnodar, Rusia, según informó el Ministerio de Defensa ruso. Este ataque se produjo luego de que el presidente Vladímir Putin aceptara la propuesta de EE.UU. de detener temporalmente las ofensivas contra la infraestructura energética en el conflicto.

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La instalación afectada, ubicada en la localidad de Kavkázskaya, es clave para el transbordo de petróleo hacia el sistema de oleoductos del Consorcio del Oleoducto del Caspio. Uno de los drones ucranianos cayó en la instalación, provocando un incendio en un área de 1.700 metros cuadrados.

El Ministerio de Defensa ruso calificó el ataque como “otra provocación” del régimen de Kiev con el objetivo de sabotear las iniciativas de paz impulsadas por el presidente estadounidense Donald Trump. Moscú señaló que la ofensiva ocurrió pocas horas después de que Putin ordenara cesar los ataques rusos contra la infraestructura energética ucraniana vinculada a la industria militar.

En un gesto que evidencia el cumplimiento de esta orden, las tropas rusas incluso neutralizaron siete de sus propios drones que ya habían sido lanzados para atacar objetivos en Ucrania. Seis de estos fueron derribados por los sistemas de defensa antiaérea Pántsir, mientras que el séptimo fue interceptado por un caza ruso.

El vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, expresó que el ataque ucraniano es una señal de la incapacidad de Kiev para llegar a acuerdos. “Es evidente que el régimen de Kiev carece de voluntad para negociar, lo que genera serias preocupaciones”, afirmó.

Este no es el primer ataque de Ucrania contra instalaciones petroleras en Rusia. El pasado 17 de febrero, drones ucranianos impactaron en la estación de bombeo de petróleo Kropótkinskaya, causando daños significativos y dejando la instalación fuera de servicio.

Por su parte, el Kremlin reiteró que Putin respaldó la propuesta de Trump de un alto al fuego en ataques a infraestructura energética durante 30 días, pero advirtió que se deben garantizar mecanismos de control para evitar nuevos ataques ucranianos y el rearme de sus fuerzas armadas. Moscú insiste en que la falta de compromiso de Kiev representa un grave riesgo para cualquier proceso de negociación.

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