El gobierno venezolano está entablando negociaciones con fabricantes chinos para producir vehículos eléctricos solares en el país, lo que marca un paso en firme en la transición de la nación hacia el transporte sostenible y la energía renovable.

El presidente Nicolás Maduro reveló estos planes durante una entrevista con el periodista Ignacio Ramonet, destacando que los vehículos propuestos funcionarían directamente con energía solar sin requerir infraestructura de carga convencional.

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«Ya estamos negociando con uno de los fabricantes chinos de vehículos eléctricos para ensamblar y producir vehículos eléctricos solares en Venezuela», anunció Maduro.

La iniciativa sigue a una reciente misión de investigación a China de la vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez, que visitó varias ciudades para evaluar los avances tecnológicos en el sector.

El impulso de Venezuela a la movilidad eléctrica forma parte de una estrategia medioambiental más amplia. Maduro destacó que el 75% de la energía eléctrica del país ya proviene de fuentes hidroeléctricas, con planes para aumentar este porcentaje. «También estamos invirtiendo en energía solar fotovoltaica», añadió, describiendo la energía solar como una opción energética “ultralimpia”.

Al abordar las responsabilidades climáticas globales, Maduro pidió una mayor acción a los principales consumidores de combustibles fósiles. «Los países que más consumen -Estados Unidos y las naciones europeas- son los que han dañado el clima y deben contribuir a su recuperación», afirmó.

El presidente se mostró optimista sobre la capacidad de la humanidad para hacer la transición hacia fuentes de energía más limpias. «La humanidad está en condiciones de avanzar a pasos agigantados hacia formas alternativas y no contaminantes de producción de energía», dijo.

Maduro también destacó el compromiso de Venezuela con la agricultura regenerativa como estrategia para recuperar las zonas áridas y combatir el daño ambiental. «En la medida en que recuperemos y defendamos zonas boscosas como el Amazonas, podremos comenzar a equilibrar el inmenso daño que 150 años de capitalismo depredador han infligido a nuestros ríos, bosques, mares y al medio ambiente en general», concluyó.

Esta iniciativa representa el último esfuerzo de Venezuela por alinear su economía basada en el petróleo con los objetivos medioambientales mundiales, al tiempo que desarrolla sus capacidades de fabricación nacional en el creciente sector de los vehículos eléctricos.

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