La actividad volcánica del Puracé en el departamento del Cauca, Colombia, desencadenó una crisis que afecta severamente a las comunidades indígenas del territorio ancestral de Paletará, obligando a las autoridades a implementar medidas de emergencia ante la amenaza de una posible erupción que podría impactar a más de 370.000 habitantes en la región.

Desde la madrugada del 20 de enero, la emisión continua de cenizas y gases volcánicos provocó una crisis sanitaria y ambiental en el territorio del Pueblo Kokonuko. Andrea Velazco, vicegobernadora del territorio de Paletará, confirmó que la contaminación ha inutilizado las fuentes de agua para consumo humano y animal, situación particularmente crítica en una zona que carece de sistema de acueducto.

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«Los cultivos han quedado cubiertos por ceniza, el ganado está en riesgo, y la población presenta síntomas como enfermedades respiratorias, mareos, náuseas y problemas digestivos«, señaló Velazco, subrayando la vulnerabilidad de una comunidad que depende enteramente de fuentes naturales de agua ahora contaminadas.

El Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) está movilizando brigadas médicas de emergencia. Yeferson González, vocero del programa de salud, destacó la implementación de un enfoque intercultural en la respuesta: «Hemos distribuido tapabocas y medicamentos tradicionales, trabajando en coordinación con la IPS Namoi Wasr del Pueblo Totoroez», explicó.

Según el Servicio Geológico Colombiano (SGC), la crisis comenzó la noche del 19 de enero a las 23H06, cuando se registró una señal sísmica tipo «tremor» que indica un aumento de presión interna en el volcán. La dispersión de cenizas se concentró en dirección suroccidental, afectando principalmente a las poblaciones de Puracé y Coconuco, donde los habitantes reportan olores a azufre.

Las autoridades han establecido un sistema de respuesta multinstitucional que incluye organismos gubernamentales e internacionales para proporcionar agua potable, alimentos y materiales para albergues temporales. La amenaza cobra especial relevancia considerando que el próximo 26 de mayo se cumplirán 75 años de una erupción anterior que causó la muerte de 16 estudiantes.

Las autoridades indígenas hacen un llamado a la calma y enfatizan la importancia de mantenerse informados a través de canales oficiales, incluyendo el CRIC y la red AMCIC. La situación permanece bajo monitoreo constante, mientras las comunidades afectadas buscan preservar su salud y medios de subsistencia ante esta emergencia natural.

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