En este sentido, la revista estadounidense Newsweek, citada por Almayadeen resaltó que el bloqueo a la navegación israelí en el mar Rojo, sostenida también por Yemen y a pesar de los informes sobre daños considerables provocados por los bombardeos estadounidenses, las Fuerzas Armadas mostraron pocas señales de retroceso.

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Por su parte, dichos medios agregan que “la directora adjunta de Medios y Comunicaciones de la Iniciativa N7 en los programas de Medio Oriente del Atlantic Council, Emily Milliken, reconoció que los desafíos de atacar a Yemen exigen admitir que el enfoque estrictamente militar no alcanzó el objetivo de Washington de lograr una ‘aniquilación total’”.

Milliken, citada por Almayadeen, aseveró que no se debe subestimar la capacidad del movimiento Ansar Allah para adaptarse estratégicamente. De igual manera, resalta la influencia profundamente arraigada en el país.

El fin de semana, el portavoz de las fuerzas yemeníes, Yahya Saree, informó acerca de una operación que involucró dos misiles balísticos, uno de los cuales impactó la base Sdot Micha, en la zona de Isdud.

Uno de los proyectiles del tipo Zulfiqar, tuvo como objetivo el aeropuerto Ben Gurion en la ciudad de Yafa, lo que efectuó el cierre temporal del principal aeropuerto de Israel.

Otros informes y declaratorias de medios estadounidenses, aseveran que las incursiones aéreas de Estados Unidos en Yemen, enmarcadas en la Operación Rough Knight, han logrado únicamente éxitos limitados mientras agotan recursos significativos.

De acuerdo con funcionarios del Pentágono, citados por la multiplataforma teleSUR en tan solo tres semanas, Washington utilizó municiones valoradas en 200 millones de dólares y el costo total de la operación podría superar los 1.000 millones de dólares próximamente.

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