El cuatro de febrero del año mil novecientos noventa y dos  (4-F), se dio el alzamiento militar que enseguida concitó la voluntad de civiles, contra el oprobioso gobierno del Carlos Andrés Pérez, quien representaba el zénit de los gobiernos de la llamada guanábana adeco-copeyana que se habían repartido el poder político al servicio de los intereses del gobierno estadounidense a cambio de sus prebendas, con hambre,  miseria y corrupción, más la muerte de los hijos del Pueblo, mientras se garantizara el petróleo en abundancia y a  precio de gallina flaca para EEUU y sus aliados.

En esta fecha, a pesar de las traiciones y de las delaciones, irrumpieron un grupo de jóvenes militares,  entre tropas y oficiales liderados por la figura del barinés, Hugo Rafael Chávez Frías, el Comandante Teniente Coronel, que ante el fracaso militar en esa madrugada, asumió con valentía toda la responsabilidad y llenó la  esperanza del pueblo venezolano con un “Por ahora”, que se cumplió al Pueblo, hasta que empezó al ser un “para siempre”, desde que ganó por primera vez las elecciones presidenciales en diciembre del año mil novecientos noventa y ocho  (1998).

Esta gesta emancipadora del 4-F fue el inicio de fin de la IV República y fue,  fundamentalmente, el gran apalancamiento de la revolución socialista que hasta esa fecha había sido una triste historia de rebeldía frustrada y fracasada, porque la izquierda hasta ese momento, aunque estaba preñada de buena voluntad y cargada se gente culta muy buena en teorizar, no había llegado al corazón y palpitar del Pueblo, como lo hizo el Comandante Hugo Chávez, hecho que trajo muchas traiciones posteriores y el hecho contradictorio de que muchos de los que enarbolaron banderas de izquierda y revolución, hoy forman parte de esa derecha recalcitrante y tarifada del gobierno estadounidense que se ha dedicado a liquidar la revolución bolivariana, socialista y chavista.

Ese 4-F fue la respuesta natural al 27, 28 y 29  de  febrero del año mil novecientos ochenta y nueve, fecha en la que el Pueblo inerme salió a las calles en rebelión espontánea contra la opresión y en donde fueron miles los muertos causados por la IV República los que pagaron el alto precio de su rebelión desarmada a la que le echaron a la Fuerza Armada, para que lo reprimiera y asesinara, lo que obligó a esa joven oficialidad a desagraviar al Pueblo en esta rebelión liderada por el Comandante Hugo Chávez, hecho que  constituyó el nacimiento de la nueva doctrina militar al servicio del Pueblo que hoy es norma en el seno de la Fuerza Armada Nacional  Bolivariana (FANB), la que hoy es, profundamente socialista y chavista.

Por ésta, entre muchísimas razones, los lacayos imperiales fuerzan por la liquidación de la revolución que se hizo esperanza y forma de vida desde el 4-F. Por ello, el gobierno estadounidense está empeñado en derrocar al Presidente Nicolás Maduro. Y se  volverá a encontrar con esa rebeldía del 4-F, porque gracias al Comandante Hugo Chávez se convirtió en un “para siempre”.