El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) advirtieron que es primordial que el Gobierno de México invierta en los menores del país para prevenir la delincuencia juvenil, los embarazos precoces y la violencia.

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Un informe presentado por Unicef sobre la pobreza y derechos sociales de niñas, niños y adolescentes en México durante 2014, reveló que 21,4 millones de niños y adolescentes, de un total de 40 millones, viven en situación de pobreza.

Ante esta circunstancia, Gonzalo Hernández, secretario ejecutivo de Coneval, señaló que si se busca romper con el ciclo intergeneracional de pobreza, el ingreso y la coordinación en el aparato gubernamental es fundamental.

Hernández añadió que es necesario aumentar el ingreso en los hogares, acción que según él, representa un gran desafío que el Gobierno mexicano debe tener en cuenta.

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La representante de Unicef en México, Isabel Crowley, por su parte, indicó que se debe asegurar que en el gasto social prime el interés de los niños y adolescentes.

Asimismo, Crowley consideró que se deben ampliar los servicios de salud, alimentación, educación, seguridad social y la calidad en la vivienda de los niños y adolescentes.

Este informe fue presentado este miércoles 27 de abril en el marco de la celebración del Día del Niño, que en México se conmemora el 30 de abril.

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En contexto

En un informe detallado publicado a principio de abril, Isabel Crowley indicó que de los más de 21 millones de niños que viven en situación de pobreza, cinco millones se encuentran en miseria extrema. 

Esto ha hecho que 1,5 millones de niños menores de cinco años sufran de desnutrición y el 16,1 por ciento de los niños menores de un año carezcan de acceso a servicios de salud.

De acuerdo con Gonzalo Hernández, existen algunas variables que afectan a la población infantil y adolescente y que hace que aumente la probabilidad de reproducir la pobreza de una generación a otra: padres jóvenes, con alta dependencia económica, jefaturas femeninas, baja escolaridad y hogares rurales e indígenas.