Dilma Rousseff, quien resulto vencedora de la primera ronda electoral en Brasil el pasado domingo con el 41,59 por ciento de los votos válidos (43,2 millones de votos), afirmó que se reunirá con los gobernadores y senadores de su partido, el de los Trabajadores (PT), y de las agrupaciones aliadas electos el domingo pasado para acercar posiciones y trazar una estrategia.
La candidata a la reelección puntualizó que tiene tres semanas para visitar todos los estados del Noreste, ir a los territorios del sur y después a Minas Gerais y Sao Paulo, como parte de su campaña para la segunda vuelta electoral.
Dilma advirtió sobre una vuelta del fantasma del pasado, con la administración de uno de los líderes de ese partido, Fernando Henrique Cardoso (1995-2003), periodo en el que esta nación fue quebrada tres veces y se reportaron tasas de interés del 45 por ciento, las más altas de todo la historia de este país.
Por su parte, Aécio Neves, su contrincante en el balotaje con el 33,55 por ciento de los sufragios (34,8 millones de votos), prometió una campaña limpia y de alto nivel en esta segunda vuelta.
Sin detallar el programa que impulsará esta semana, apostó por consolidar su triunfo en Sao Paulo, con el mayor número de electores del país, con el apoyo de su aliado y reelecto gobernador de ese territorio, Geraldo Alcmán.
El PSDB prevé buscar el respaldo de Marina Silva, la candidata del Partido Socialista (PSB) que consiguió el tercer lugar en las elecciones del domingo último con miras a atraer el voto de sus seguidores.