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A 69 años de la Revolución Boliviana, aún sirve de inspiración para movimientos de América Latina.

A 69 años de la Revolución Boliviana, aún sirve de inspiración para movimientos de América Latina. | Foto: LATAM

Publicado 16 abril 2021



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La Revolución Boliviana dejó avances como el voto femenino e indígena, que antes estaban prohibidos.

Este 9 de abril se conmemoran 69 años del triunfo de la Revolución Nacional Boliviana, hecho marcado por la toma de la presidencia, días después, el 16 de abril de 1952, de Víctor Paz Estenssoro, quien fue desalojado por el poder tras un golpe de Estado.

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Según el economista y periodista argentino Atilio Borón, los mineros bolivianos vivieron jornadas heroicas, pues luego de varios días de “fieros combates” lograron derrotar, desarmar y disolver al Ejército, “perro guardián de la oligarquía minera y terrateniente”, como la calificó.

“Bolivia ofrece numerosas enseñanzas de gran utilidad para las luchas emancipadoras que libran nuestros pueblos. Sus logros iniciales fueron inmensos, imposibles de subestimar”, añade Borón.

La historia de la Revolución Boliviana tiene muchas lecciones vigentes en la actualidad y constituyó el segundo gran “cambio de estructuras” desde la firma del Acta de Independencia del Alto Perú. Por eso, en el 69 aniversario del triunfo, brindaremos datos sobre su historia.

Surgimiento

El despertar de la Revolución Nacional Boliviana comenzó en 1951, cuando el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), liderado por Víctor Paz, ganó las elecciones a la Presidencia de ese año.

Lamentablemente, la oligarquía minera organizó un golpe de Estado e instauró una Junta Militar para impedir el acceso al poder del jefe de la MNR, quien tuvo que exiliarse en Argentina.

“Lo que sigue es una creciente inquietud social y política que se traduce primero en una impetuosa movilización de mineros y campesinos y, poco después, a lo que la teoría marxista denomina una ‘dualidad de poderes’. Es decir, una profunda grieta en el estado burgués que, debilitado por la rebelión de ‘los de abajo’, pierde su capacidad para reclamar y obtener la subordinación a sus mandatos y que, por lo tanto, no puede impedir el surgimiento de un formidable antagonista, un poder real, efectivo, no formal ni constitucional sino un poder constituyente basado en el inmenso apoyo popular del bloque formado por los campesinos y mineros en armas”, dice Borón.

La insurrección

El 9 de abril de 1952 se produjo una insurrección masiva y popular, fundamentalmente en La Paz y Oruro. En ambos lugares, el Ejército sufrió una derrota y se reemplazó por milicias de mineros y campesinos.

Este no fue un hecho casual, pues se venía preparando por los miembros del MNR desde antes. Entre el 9, 10 y 11 de abril derrotaron 11 unidades militares pertrechadas en las calles. Esta acción provocó el derrumbe del sistema colonial-feudal, aniquiló al Estado oligárquico y a sus instrumentos partidarios y armados.

Protagonistas de la revolución

Una revolución hecha por obreros mineros y campesinos. FOTO: Historias de Bolivia

Los que llevaron a cabo la Revolución fueron mayormente obreros y mineros campesinos. De acuerdo con lo reseñado por el escritor Juan Luis Hernández en el medio La Izquierda Diario, los primeros contingentes mineros comenzaron a descolgarse por las laderas de los cerros que rodean La Paz.

“Venían de Milluni, perfectamente organizados en grupos con un responsable al frente, y traían un arma que se revelaría letal: la dinamita. Apenas topaban con los retenes militares, les arrojaban las cargas explosivas, los soldados arrojaban las armas y huían, los mineros las tomaban y avanzaban”.

Víctimas y Gobierno

En los enfrentamientos murieron más de 500 bolivianos. Esa sangre derramada, abrió el camino para el triunfo de un Gobierno provisional, protagonizado por el dirigente del MNR Hernán Siles Suazo y el líder sindical más relevante de ese momento, Juan Lechín Oquendo.

Ambos fueron “literalmente instalados en el Palacio Quemado por las masas a la espera del retorno al país de quien consideraban su legítimo presidente, Víctor Paz Estensoro”, quien asumió luego la jefatura del Estado el 16 de abril de 1952, refiere Borón.

Revolución inspiradora

Algunos historiadores señalan que la Revolución Boliviana inspiró en más de un aspecto a la Revolución Cubana. Según Borón, “como en México antes, y en Cuba después, la derrota del Ejército es la marca decisiva de toda revolución”.

El líder revolucionario cubano Fidel Castro, durante su alegato "La Historia me Absolverá", el 16 de octubre de 1953, ponía como referente a este proceso boliviano al decir que era un mito que las armas modernas imposibilitaban al pueblo de luchar abierta y frontalmente contra la tiranía.

“Ningún arma, ninguna fuerza es capaz de vencer a un pueblo que se decide a luchar por sus derechos. Los ejemplos históricos pasados y presentes son incontables. Está bien reciente el caso de Bolivia, donde los mineros, con cartuchos de dinamita, derrotaron y aplastaron a los regimientos del Ejército regular", expresó.

Logros de la Revolución

De toda esta contienda, uno de los grandes logros fue la disolución del Ejército. Sin embargo, luego trascendieron otras acciones importantes como la aprobación del sufragio universal femenino, así como también para los analfabetos e indígenas, algo que estuvo prohibido hasta ese momento.

Igualmente, se nacionalizaron las minas, fundamentalmente las de estaño, y se desarrollaron actividades petroleras en las regiones de oriente y sur. Según Borón, contribuiría a “afianzar la soberanía nacional sobre los recursos naturales del país y construir caminos que permitieran unir el occidente del altiplano con los llanos orientales”.

Derrota

El 4 de noviembre de 1964, la Revolución sufrió una derrota con el golpe de Estado de René Barrientos Ortuño, “siniestro personaje que como presidente de Bolivia orquestaría, junto con la CIA y el Pentágono, la cacería y posterior asesinato del Che en Bolivia”.

Revolución e historia de Bolivia

Tras el ciclo revolucionario que culminó en noviembre de 1964, tuvo que pasar medio siglo después para que llegara a la presidencia Evo Morales, quien puso fin, como refiere Borón, “a tanta decadencia con las grandes movilizaciones populares”, lo que abriría “un nuevo y luminoso capítulo en la historia de ese hermano país”.

El capricho histórico

Como la historia tiene el capricho de repetirse, tras las elecciones presidenciales de 2019, grupos opositores desconocieron la victoria de la reelección de Morales. Evo renunció a la Presidencia para preservar la paz en el país, tras el incremento de manifestaciones violentas en las calles.

“Renuncio para que (Carlos) Mesa y (Luis Fernando) Camacho no sigan persiguiendo, secuestrando y maltratando a mis ministros, dirigentes sindicales y a sus familiares, y para que no sigan perjudicando a comerciantes, gremiales, profesionales independientes y transportistas que tienen el derecho a trabajar”, dijo entonces.

La senadora Jeanine Áñez tomó el poder interino perpetuando un golpe de Estado que tuvo la anuencia de la Organización de Estados Americanos (OEA). Nombró un Gabinete de facto y actuó violentamente con actitudes racistas contra los indígenas que se manifestaron contra el Golpe.

Tras un año de incertidumbre, en 2020 el Movimiento al Socialismo (MAS) liderado además por Luis Arce Catacora, quien fuera ministro de Economía y Finanzas de Morales, obtuvo el voto del pueblo para ser Presidente y se restauró la democracia en Bolivia. La golpista y sus cómplices se encuentran respondiendo actualmente a proceso judiciales.


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