“Sueño con mis redes”

© Por Pablo Virgili Benitez

Twitter: @VirgiliPablo

Me levanto en la mañana y luego del aseo corro como niño tras un dulce a encender la computadora, como por arte de magia el mouse abre el Google Crome y salta inmediatamente la página de inicio de Facebook; los dedos solitos escriben la cuenta y contraseña y se despliega la sección de noticias, allí veo todo lo que han publicado mis amigos y conocidos, como diría mi abuela a “chismear en el barrio” _bueno en este caso en las redes_.

Ahí en la esquina izquierda veo el pajarito azul símbolo de Twitter, el deseo me gana y lo abro, lo primero que me encuentro son noticias de desastres, terremotos por doquier y muertos como racimos de uvas. Acto seguido me percato de dos que están ametrallándose como si estuvieran en un campo de batalla en Siria, un defensor de la izquierda latinoamericana contra un derechista radical, _que horror_ una mezcla de dinamita con uranio enriquecido.

Y es que las redes sociales son el ensayo de los informáticos y programadores para aniñarnos y seducirnos con cantos de sirenas, acomodarnos en el sofá o la cama, chatear con personas que podríamos ver de frente y a diario, es la esclavitud del siglo XXI, el dedo en el celular y los oídos en los audífonos.

Por acá están en el Facebook los que pregonan mensajes de amor, cadenas de amistad, fotos de enfermos para poner el famoso “amén” o la retahíla de anuncios comerciales de la Coca-Cola o el Samsung Galaxy S7, de que sirve todo eso si luego te ven en la calle y ni te saludan, se hacen los despistados y “largos”; ¿te conozco?; te dicen….

El Twitter no se queda atrás, una bomba de tiempo; es la trinchera ideal del pensamiento y la libertad de expresión, los duelos son intensos, los twiteros de alta gama se disparan a matar y con misiles nucleares, defienden sus ideas a muerte y lanzan ofensas por doquier sin ni siquiera pensar a quien le pueden hacer daño, y luego me vienen a preguntar porque en TeleSur solo hablamos del impeachment a Dilma Rousseff, _que patéticos_.

Y tal vez en eso reside la virtud de las redes sociales: en que simplifican todo, lo hacen aparentemente más fácil para los seres simples que las usan _me incluyo_ más por deleite y encanto que por necesidad. A pesar de eso yo prefiero un abrazo o un beso en persona a un like o un tuit… ¿Y ustedes, que eligen?

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