Emma Coronel, la esposa de Joaquín "El Chapo" Guzmán, afirmó que no conoce a Rosa Isela Guzmán, quien se identificó como hija del mencionado narcotraficante.

En este sentido, Coronel explicó que Guzmán solo llegó a saber de la existencia de su supuesta hija, cuando estaba recluido en el Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) número 1, el penal de máxima seguridad del Altiplano, ubicado en el Estado de México. 

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"(Guzmán) me comentó que esta mujer empezó a escribirle cartas diciendo que su mamá le había dicho que él era su papá, fue la primera vez que él escuchó de ella", detalló la esposa del narcotraficante, quien agregó que el capo le contestó solo "por cortesía", en lugar de desmentir las supuestas afirmaciones de la madre de la joven. 

Cabe acotar que el capo de la organización criminal "El Cártel de Sinaloa" nunca pudo recordar a la madre de la ignota (desconocida), mientras que los familiares cercanos al narco tampoco sabían de su existencia de ambas mujeres, así lo indicó la actual pareja del Chapo.

Por esta razón, Coronel apuntó que en caso de que exista un acta de nacimiento en la que Rosa Isela sea reconocida por Gúzman, se procederá a hacer las investigaciones necesarias, incluso la prueba de ADN; pero que hasta entonces ninguno de los miembros de la familia Guzmán identificará a la desconocida como familiar.

"La invito a no prestarse para este tipo de cosas, la situación es bastante difícil y delicada para la familia y no es necesario que personas ajenas se quieran involucrar", pidió la tercera esposa de "El Chapo" a la supuesta hija de Guzmán, en referencia a las recientes declaraciones de ésta concedidas a un medio británico, las que según Coronel "no tiene sustento", y por ende los Guzmán no apoyan.

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Contexto

El pasado 4 de marzo, en una entrevista exclusiva a un medio británico, The Guardian, Rosa Isela Guzmán Ortiz declaró que el capo del cartel de Sinaloa, Joaquín Guzmán Loera, financió las campañas electorales de políticos mexicanos, y entró en dos ocasiones en los Estados Unidos para visitar a familiares en secreto, logrando esquivar su cacería con la complicidad de funcionarios mexicanos corruptos y evadiendo los controles fronterizos de Estados Unidos para llegar a California.

Rosa Isela Guzmán también acusó a políticos mexicanos de aceptar sobornos de su supuesto padre, para que los funcionarios de la cárceles de máximas seguridad le permitieran escapar.