El gobierno chileno denegó la construcción en la Patagonia del gigantesco proyecto hidroeléctrico HidroAysén, una asociación de las eléctricas Endesa y Colbún. “Se declara rechazado el proyecto”, dijo el ministro de Medio Ambiente, Pablo Badenier, tras la reunión del Comité de Ministros que evaluó la iniciativa en última instancia, tras años de tramitaciones.

Ya en 2013, la entonces candidata a la presidencia, Michelle Bachelet, había advertido que el megaproyecto no era viable. No osbtante, pese a la decisión, HidroAysén todavía puede apelar el fallo, aunque otra opción sería reformular el proyecto.

Al proyecto HidroAysén, que suponía inversiones por nueve mil millones de dólares entre represas y líneas de transmisión, se oponían grupos ecologistas, que alegaban que hundiría miles de hectáreas de bosques bajo el agua.

El ministro de Energía, Máximo Pachecho, afirmó que el rechazo a HidroAysén no desvirtúa la voluntad del gobierno por impulsar inversiones energéticas en el país. De hecho, la presidenta Michelle Bachelet, se comprometió a redoblar esfuerzos para aprobar inversiones en el sector, debido a los altos costos de energía y la estrechez de la oferta eléctrica.

En Chile las decisiones de inversión energética son definidas por el sector privado, pero bajo aprobación del Estado, aspecto que es debatido por académicos y políticos. Los movimientos ambientalistas piden que el Estado sea quien defina estas inversiones, privilegiando energías limpias y renovables.