Cientos de ciudadanos en Estados Unidos tomaron el pasado viernes las calles de Dallas, estado de Texas, para mostrar su indignación por la brutalidad policial contra los afrodescendientes.

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Los manifestantes colmaron las calles de la ciudad y gritaban consignas como: “ las vidas negras también importan” y “manos arriba no disparen”.

Durante la protestas, los asistentes también expresaron su rechazo hacia el asesinato de cinco policías estadounidenses, perpetrado el pasado 7 de julio durante una marcha convocada por los grupos de derechos civiles en Dallas para defender a la comunidad afrodescendiente.

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Para Jeremy Williams, uno de los líderes religiosos presentes en el acto, el racismo sigue siendo el problema fundamental, y denunció que los agentes ultiman a los detenidos de color aun cuando ya los tienen inmovilizados.

“Cuando los policías ven a un negro creen que somos algo sobrenatural, que somos una fuerza animal. Por eso no tienen suficiente con pararnos e inmovilizarnos, por eso nos disparan. Porque creen que somos más fuertes”, agregó Williams.

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Durante el desarrollo de la marcha se observaron fuertes medidas de seguridad. Helicópteros de la Policía sobrevolaban la manifestación en Dallas y oficiales armados con fusiles antidisturbios ordenaron a los manifestantes que abandonasen las calles para seguir la protesta por las aceras.