La agroindustria en la República del Congo, está causando no solo elevar los índices de pobreza de sus pobladores, sino que también pone en peligro la biodiversidad del país africano. 

La tala indiscriminada de los árboles en Mai Ndombe, a través de empresas trasnacionales, que actúan gracias a concesiones del Gobierno central, solo se interesan en el costo de la madera y no en el bienestar de los congoleños, que luchan por garantías sociales que les permitan avanzar. 

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EL DATO

Así lo corroboró, Oskar Epelde en un trabajo especial para teleSUR, en el que recogió testimonios de carpinteros, que se ven obligados a laborar con las sobras de empresas como Sodefor, sin siquiera tener los implementos adecudados, como comentó Didier Borwango. 

Las bastas tierras de las selvas en Mai Ndombe, son testigo fiel de la realidad de sus habitantes, en la que hasta niños huérfanos se ven forzados a aprender el oficio de la madera para poder sobrevivir. 

Nioki, “pulmón económico de Mai Ndombe”, no cuenta servicios básicos, como el acceso al agua potable, un recurso vital pero, un episodio que se vive en diferentes naciones africanas. 

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Mario Mi Okime, jefe de la ciudad de Nioki precisó que no disponen de vías terrestres adecuadas, por lo que exhortó a las autoridades a tomar conciencia de los riesgos que representa el lago para la carretera, así como la necesidad de una pronta ejecución de un proyecto de un gran impacto socioeconómico. 

De acuerdo con Epelde, las comunidades que habitan cerca del lago Mai Ndombe piden que se ejecuten planes enfocados en la sustentabilidad pero, para ello es necesario la educación, el emprendimiento y financiamiento para avanzar como país, a fin de garantizar la protección de la biodiversidad en el Congo. 

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