La Semana Santa es la conmemoración cristiana de la pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret, y una de las características que engloban este evento son la "mea culpas" y arrepentimientos por los pecados de los feligreses.

Según las estadísticas del Anuario Pontificio, en todo el mundo hay alrededor de mil 147 millones de personas que profesan el catolicismo, de las cuales la mitad está en América Latina, y de ahí que Semana Santa se convierta en la mayor celebración religiosa en todo el año.

Las celebraciones de Semana Santa arrancan el Domingo de Ramos. En éste se recuerda la entrada de Jesús a Jerusalén en la que el pueblo lo alaba como Rey con cantos y palmas.

En Latinoamérica, regiones como Iztapalapa en México por su Pasión, y Popayán, en Colombia por su Procesión, han alcanzado reconocimiento internacional.

En Guatemala las túnicas negras abundan durante los festejos del “Santo Entierro”. Los católicos generan multitudes durante estas celebraciones.

En tanto, los hondureños celebran el Viernes Santo con una procesión. En ésta, la figura de Jesús de Nazaret sale de las Iglesias y desfila por las calles en brazos de los fieles. Cientos de personas desfilan por las calles de Tegucigalpa, Honduras.

Al otro lado del Planeta, en Rumania, los católicos llevan flores durante la procesión del Domingo de Ramos en Bucarest (capital). Este año la mayoría ortodoxa de Rumanía celebra Pascua junto con los católicos.

En Lofer, Austría, las personas acostumbrar hacer y adornar ellos mismos sus palmas para el Domingo de Ramos. Tiene sus ventajas, porque las palmas pueden ser comestibles.

En Filipinas celebran con ritos menos violentos, alejados de las capuchas y los flagelos.
Los filipinos realizan un maratón de canticos donde narran la historia de la vida de Jesús, así como su pasión y muerte.

Luego del maratón de canticos, los devotos de Filipinas tocan la imagen del “Nazareno Negro”.

Zamora, España, es una de las tantas ciudades españolas que celebran la Semana Santa con procesiones. Los penitentes de Zamora bajan de la cruz la imagen de Jesucristo antes del inicio de su procesión.

Pese a estas costumbres, el verdadero sentido de estos días se ha perdido con el paso de los años, ya que se ha tergiversado hacia un período más vacacional que un momento de reflexión.