El expresidente de Egipto, Mohamed Mursi, pidió este sábado a sus seguidores que continúen la Revolución que se inició en el país, pese a la represión y al amedrentamiento que quiere imponer el Gobierno de facto, liderado por Adli Mansur.

Sentado en el banquillo de los acusados, al reanudarse el juicio en su contra por supuesta evasión de prisión a comienzos de 2011, Mursi ratificó la necesidad de seguir implantando cambios en la nación oriental.

Además de este juicio, Mursi también tiene procesos abiertos por su supuesta implicación en la muerte de manifestantes en diciembre de 2012. Sobre este caso, el tribunal egipcio de El Cairo (capital), que juzga al depuesto presidente, decidió fijar para este domingo una nueva sesión para tomar testimonio a responsables de seguridad.

Mursi, primer presidente electo democráticamente en Egipto y depuesto por un golpe de Estado el 3 de julio de 2013, fue trasladado en helicóptero desde la prisión de Burg al Arab, en el noreste de Egipto, a la Academia de la Policía, en las afueras de El Cairo, donde se celebra el juicio.

La vista se desarrolló con tranquilidad, aunque ante el temor a las protestas convocadas por los islamistas, la Academia de la Policía estuvo rodeada de un amplio despliegue de fuerzas de seguridad.

Los Hermanos Musulmanes, partido que apoya al ex jefe de Estado y que han padecido constante represión, calificaron el proceso de "farsa llevada a cabo por la justicia golpista”, en alusión a que los magistrados supuestamente defienden a las nuevas autoridades y el golpe militar del pasado julio.

Mursi afronta otros juicios por huir de una cárcel durante la revolución de enero de 2011, que derribó al presidente Hosni Mubarak, y además por entregar información clasificada a países y organizaciones extranjeras como el movimiento islamista palestino Hamás, y por insultar a la judicatura.