Aunque miles de capitalinos se desplazaron a sus pueblos y otros a disfrutar de las playa, en las calle de la antañona Tegucigalpa, decenas de personas transitaron la tarde del viernes, por calles y avenidas que lucían cubiertas de obras de arte en aserrín. 

Como si se tratase de un gran lienzo,  niños, jóvenes y adultos empezaron a trazar figuras religiosas sobre el pavimento, desde el jueves en horas de la mañana.  El colorido del aserrín pintado en muchos tonos, se desplegó a lo largo de más de tres kilómetros por la ciudad. 

Aunque las temperaturas del día superaban los 30 grados centígrados,  más de 20 mil personas caminaron, desde el jueves, a lo largo de todas las avenidas ilustradas con las alfombras, previo al tránsito de la procesión del Santo Entierro. 

(Foto: Gilda Silvestrucci)

La tradición, que inició en la ex capital de Honduras, Comayagua, se ha extendido desde hace más de cincuenta años  y ahora las ciudades compiten por ofrecer una diversidad de obras,  cuyos mensajes religiosos también van a tono con la realidad del país. 

(Foto: Gilda Silvestrucci)

Jóvenes en peligro

Aunque en las ceremonias religiosas de la iglesia Católica, predomina la asistencia de personas adultas, en la elaboración de alfombras sobresale la presencia de niños y jóvenes, quienes dibujan, pintan y dan forma a los mensajes. 

¨Estamos aquí porque crecimos con esta tradición y ahora nos gusta hacer las alfombras¨, dice Darwin Ortega, uno de los muchachos que se encuentra dando forma en la calle, a la parábola de la Oveja perdida. 

Comenta que está parábola, donde el Pastor regresa por su oveja y la lleva a casa,  se dirige a los muchachos que actualmente están inmersos en la violencia, que participan en maras, o  en grupos de sicarios. 

¨Queremos que ellos reflexiones y se acerque a Jesús, que no sigan más en ese camino de muerte¨,  agrega el joven, mientras su afán se concentra en llenar el  molde que tiene en el piso. 

La satisfacción de quienes participaron en la preparación de alfombras, concluyó con el paso de la procesión, que salió desde la Catedral hacia el templo llamado ¨El Calvario¨.