El máximo responsable de la Iglesia Católica, el papa Francisco, oró este domingo por el bienestar de todas las personas que en distintos países del mundo han sido afectados por catástrofes naturales.

En su tradicional misa dominical desde El Vaticano (Italia), Francisco recordó a "todos los que sufren los daños y problemas" causados por estos temporales y aseguró que "la naturaleza nos reta a ser solidarios y atentos a la salvaguarda de lo que ha sido creado".

Del mismo modo, urgió a los fieles a "prevenir cuando es posible las consecuencias más graves" de estas calamidades.

Por otro lado, Francisco también deseó "una verdadera fiesta del deporte y de la amistad" en los Juegos Olímpicos de invierno Sochi 2014.

Comentando el pasaje del evangelio correspondiente a este domingo, subrayó el papel de los cristianos que es "transmitir al mundo la luz" de Dios.

"Nosotros los bautizados somos discípulos misioneros y estamos llamados a convertirnos en el mundo en un evangelio viviente (...) ¡Qué bella misión! Un cristiano debería ser una persona luminosa. ¿Cómo quieren vivir ustedes, como una lámpara encendida o apagada?", preguntó.

Justo antes de abandonar el balcón del Palacio Apostólico, el pontífice invitó a los fieles a ir "siempre hacia adelante con la luz de Jesús" y terminó con su ya habitual "buen almuerzo y buen domingo".